domingo, 11 de agosto de 2013


Análisis de Guerra Mundial Z para iPhone




Si hay algún libro u obra de ficción que se pueda considerar absoluta e indiscutible referencia dentro del género zombi, esa es la brillante novela de Max Brooks "Guerra Mundial Z". Lanzada hace unos años -y editada en nuestro país por Almuzara-, la novela nos narra de forma realista, y tocando los más diversos ámbitos políticos, sociales, religiosos, militares o psicológicos, el drama humano acaecido tras una catástrofe mundial relacionada con una pandemia zombi. De corte tangible, y mediante diversos testimonios e historias personales en los más variados países y lugares, Brooks nos colocaba en el epicentro de semejante y apocalíptico escenario. Comenzando con las primeras advertencias y brotes de ataques zombis, al Gran Pánico producido cuando las superpotencias y países del primer mundo son conscientes de que no son capaces de reaccionar con tiempo a la amenaza que se cierne sobre ellos, pasando por las habituales guerras y combates entre las hordas de muertos vivientes y los supervivientes.





En 2009, Marc Foster, Paramount Pictures y Brad Pitt -mediante su productora cinematográfica, Plan B-, anunciaron la compra de los derechos del libro original, y la posterior y lógica adaptación a la pantalla grande. La producción fue accidentada, dura y compleja -digamos que el guión pasó de mano en mano, sufriendo varias escrituras y distintos borradores en muy poco tiempo-, llegando incluso a creerse paralizado el rodaje. Una vez terminada, y con la vista puesta en los primeros "screen test" -donde un nutrido grupo de espectadores y productores disfrutan de varios pases privados-, Paramount Pictures decide echar marcha atrás y obliga al director -responsable también de "Quantum of Solace"-, a realizar cambios forzados en la historia, los efectos especiales, que según la productora no terminaban de ser espectaculares -como estáis leyendo-... El rodaje de "Guerra Mundial Z" ha sido todo un duro y prolongado combate diario entre productores, guionistas y actores. ¿El resultado final de esta convulsa adaptación cinematográfica? Pues con la película en cines -versión 3D incluida-, digamos que mediocre. ¿El juego? Ciertamente, mejor de lo esperado.



El caos zombi se hace portátil


"Guerra Mundial Z" es un juego de acción en primera persona, donde encarnamos a un antiguo militar en mitad del inminente caos zombi mundial. El argumento toma los eventos narrados en la película -donde el virus se extiende por continentes, países y ciudades a una velocidad pasmosa-, pero no sigue su guión, contándonos un relato de supervivencia distinto a la de la adaptación cinematográfica. Puede parecer mentira, pero la historia del juego no es nada mala, y tiene algún que otro momento interesante -como cuando escuchamos testimonios de otros supervivientes a través de ordenadores, radios o máquinas contestadoras-. Eso sí, no os esperéis un entramado argumental coherente y maduro, ya que el principal leitmotiv es correr y escapar de las dentelladas de los muertos vivientes Denver con tal de mantener nuestro pellejo intacto y salvar a nuestro hijo -que se encuentra en peligro en el país nipón-. Como bien se repite una y otra vez en esta franquicia, "el movimiento es vida", y la gran parte del juego nos la pasaremos viajando de un lado a otro por el globo terráqueo.





Una gran idea jugable mal ejecutada


"Guerra Mundial Z" ofrece una veintena de niveles -todos ellos lo suficientemente diferentes y variados-, enmarcando su sistema jugable entre el típico shooter en primera persona on rails y un juego de exploración algo simple. Correremos a través de callejones, sobreviviremos en la parte de atrás de un camión, saltaremos de azotea en azotea, nos montaremos en un helicóptero y haremos frente a una horda inmensa de zombis en base a pura metralla. "Guerra Mundial Z", aunque es un juego con toneladas de acción -dispararemos casi todo el tiempo- atesora también alguna que otra mecánica basada en la experiencia y en la mejora de armas -8 distintas- y condiciones o rasgos físicos, como salud o defensa mediante armadura -hay 14 tipos de estas últimas, ahí es nada-. Esto añade un ligero componente estratégico que ayuda que prestemos atención a los escenarios en búsqueda de elementos como munición, botiquines, mapas y objetos potenciadores. La experiencia la obtendremos a través de objetos como notas y libros, y la podemos intercambiar por las citadas mejoras -de forma inmediata- en la tienda digital del juego.

Así, en función del jugador, decidiremos si jugar con armas que potencien el ataque a distancia o el cuerpo a cuerpo, utilizando aquellas que más se adapten a la situación que se nos presente. Muchas veces, como os hemos comentado será una decisión automática pre-fijada por el juego, pero en otros momentos, tendremos plena capacidad de decidir. ¿Matamos a ese zombi con la palanca o disparamos con la ametralladora?





Como juego en primera persona, la verdad es que "Guerra Mundial Z" es un título inmersivo, donde continuamente, están ocurriendo cosas. No habrá momento para el descanso, ya que siempre habrá una puerta por abrir, un incendio del que huir, una horda de muertos vivientes de la que escapar o un puzle que resolver. Esto se agradece, ya que aunque existe la acción continua y desenfrenada, el juego se toma su tiempo para ofrecer descanso de una forma lógica y bien planteada. El principal fallo de "Guerra Mundial Z" es su pobre ejecución. Como aplicación, tiene ideas geniales, momentos inspirados y algún que otro detalle genial -como la interfaz-. De hecho, hasta la configuración del control y la jugabilidad en la pantalla táctil -que mezcla shooter on rails y exploración en primera persona-, nos parece acertada. El problema viene en la lamentable ejecución, que puede llegar a ser algo engorrosa debido a intermitentes y constantes problemas técnicos. Es decir, el juego está bien pensando, funciona bien y es un gran avance en dentro del género para tablets y smartphones, pero deja cierta sensación y sabor de desgana que afea mucho el resultado. "Guerra Mundial Z", más allá del modo historia, tiene un modo de juego llamado "Reto", donde lucharemos por conseguir logros concretos y sobrevivir a constantes oleadas de zombis en diversos escenarios.

A nivel técnico, "Guerra Mundial Z" destaca especialmente, sobre todo si estamos jugando en un dispositivo como el iPad con pantalla retina o el iPhone 5 -por citar dos ejemplos claros dentro del ecosistema iOS donde hemos podido probar el juego para su análisis-. Recreado en tres dimensiones, "Guerra Mundial Z" adapta con cierta soltura el tipo de zombi frenético de la película -en la novela, eran más lentos, pero igualmente de inexorables e intratables-, mostrándonos los enormes ríos y torres de no muertos insaciables que son capaces de escalar rascacielos y derribar helicópteros. "Guerra Mundial Z" utiliza buenas texturas y efectos de luz, e incluso, animaciones.

Quizás se quede un tanto corto en dispositivos más antiguos -la app no termina de arrancar debidamente en dispositivos como el iPhone 3GS o el iPad-, y como recomendación, os invitamos a que cerréis otras aplicaciones antes de ponerla a funcionar en vuestro dispositivo -os irá más rápido y fluido-. A nivel sonoro funciona de manera excelsa, con buenos efectos y piezas musicales -desgraciadamente, no se ha utilizado la banda sonora de Marco Beltrami para la película-. La app, en iOS, es compatible con Game Center.




Conclusiones finales


"Guerra Mundial Z" es un primer paso hacia lo que podría considerarse "el shooter perfecto" en un dispositivo táctil: una mezcla entre point and click, juego de acción en primera persona y exploración en tres dimensiones. Puede sonar raro, pero funciona. El resultado final quizás no sea tan bueno como cabría esperar -hay fallos técnicos y de interfaz que afean el conjunto-, pero la app puede llegar a entretener, y mucho. Es variada, completa y divertida, y por si fuera poco, tiene un apartado gráfico brillante -siempre y cuando tengamos un dispositivo potente-. "Guerra Mundial Z" es un buen shooter que quizás no sea todo lo brillante que podría haber sido, pero que ofrece mucho por bastante poco. En definitiva, una gran forma de completar la experiencia servida por la novela y la película.

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