No hubo solución para las refinerías neuquinas en peligro de extinción. Sí se despejó la incertidumbre para los 73 despedidos de Renesa, que ahora tienen la promesa del CEO de YPF, Miguel Galuccio, de que serán incorporados a la poderosa red de empleo de la estatizada petrolera nacional.
La promesa de Galuccio fue certificada por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y refrendada por el senador y secretario general del gremio petrolero, Guillermo Pereyra, que levantó el paro de 48 horas que estaba previsto cumplir jueves y viernes.
La resolución del conflicto no implica que se haya resuelto la situación de las refinerías pequeñas, que son varias. Por el contrario, parece que se avanza decididamente a condiciones de mercado que instalarán un escenario distinto: menos empresas, más poderosas. Casi lo mismo que sugiere YPF, cuando indica que no quiere empresas provinciales –como G&P en Neuquén- que hagan sombra y entorpezcan el ingreso de inversiones, según el concepto que ha explicitado Galuccio.
"Para Renesa, para la refinería, no hay una solución porque tanto el gobierno nacional como YPF le soltaron la mano. Lo que se acordó fue no dejar sin empleo a los trabajadores, que para nosotros es suficiente para suspender la medida", dijo Pereyra, con toda claridad, al cabo del encuentro con Tomada y Galuccio.
Galuccio se remitió a un comunicado de la empresa que conduce, en el que se repitieron eslóganes de los últimos tiempos: "En un marco de previsibilidad y transparencia se podrá seguir creciendo y podremos generar más trabajo, más producción y más regalías para la provincia y para todo el país", remarcó.
Quien rápidamente salió a destacar la situación, con el título "final de una extorsión", fue la diputada nacional y presidente del peronismo neuquino, Nanci parrilli.
La legisladora, que había salido a criticar duramente por extorsivo al paro petrolero comandado por Pereyra (quien la tildó de "oligarca"), sostuvo que "lo más llamativo de ese paro es que no se hizo para defender a los trabajadores sino a un empresario que con su deficiente gestión llevó a la crisis a Renesa".
"Por eso, le digo a Pereyra que yo no soy una oligarca: formo parte de un gobierno que se preocupa y ocupa por el destino de sus trabajadores".
Renesa, olvidada ya evidentemente por el gobierno que en su momento la benefició, es controlada por el grupo MAS Energía, que había reclamado hace apenas unas horas la "intervención" del Estado nacional.
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