sábado, 28 de diciembre de 2013

Ante el fracaso de las privatizadas, estaticemos las empresas de energía.
Publicado el 27 Diciembre 2013

VIVIR SIN LUZ

Se corta la luz, nos quedamos sin agua, se pudre la leche y se queman las maquinas. Estamos viviendo hace ya un mes apagones y cortes de luz que, junto a la sensación térmica y la humedad de un diciembre ardiente, nos muestra los límites claros del modelo energético de nuestro país. Mientras cortamos la calle para reclamar lo que nos corresponde con los vecinos de la cuadra, escuchamos en la radio a los funcionarios diciendo que tenemos un uso irracional e irresponsable de la energía. Pero, ¿Cómo puede explicarse que en un país que se plantea discursivamente la soberanía energética se culpe al consumo de los vecinos por el colapso de todo el sistema de energía eléctrica? Nos piden que ahorremos energía, que controlemos los calores y, de paso, que no nos quejemos tanto.

EL APAGÓN NO ES LA SALIDA

Llega el verano hace calor y todos sabemos que se van a incrementar los niveles de consumo. En Argentina hay una capacidad instalada de 31.100 megavatios, pero sólo se usan 26.000. Entonces, lo que ocurre es que cuando hay mucha demanda, hay problemas. Nuestro aire acondicionado, que el Gobierno intenta poner en el eje del debate, tiene una incidencia en el consumo de un 8% nacional, mientras que el 32% del consumo de los artefactos eléctricos del país pertenece a las lámparas de iluminación, tanto de domicilios particulares, empresas o alumbrado público. Que nos digan que el aire acondicionado es el que genera los apagones, es sacar de foco la enorme falta de mantenimiento y de inversión del sector privado, de las empresas de luz. Los cortes programados son entonces parches para resolver el día a día y evitar un apagón generalizado, no es ninguna solución planificada.

EL FRACASO DE LAS PRIVATIZACIONES

Con la privatización del servicio en los noventa sumado a los enormes subsidios fiscales que reciben de parte del Estado, las empresas de electricidad han perdido su función social, que era y es la de garantizar un servicio social digno al conjunto de nuestro pueblo. El origen del problema es que el objetivo de estas empresas es tener una rentabilidad extraordinaria, ahorrando lo máximo posible en la inversión y el mantenimiento de las plantas y los equipos, la consecuencia de esa falta de inversión salta a la vista, un sistema eléctrico deficiente. Por eso, no es la cantidad de consumo de energía de la población la raíz del problema, sino la negligencia empresarial que, con la complicidad de un Estado que se lo permite, pone sus ganancias por sobre los derechos de las mayorías. No tiene sentido abordar esta problemática sino se va al fondo de la cuestión.

EL ESTADO DEBE RECUPERAR LAS EMPRESAS ELÉCTRICAS

Esta crisis energética es estructural no tiene que ver con algo coyuntural como un accidente o por alguna tragedia natural, sino en un sistema que se sustenta en la privatización y extranjerización. Al ser estructural, la única forma es salir de este modelo energético. Las privatizaciones han demostrado su fracaso. El Estado tiene que dejar de ser el socio bobo de los grupos multinacionales en el campo de la energía, como lo ha sido hasta ahora, apañando sus grandes ganancias en perjuicio del pueblo. El Estado tiene que promover y llevar adelante una política de servicio público con valor estratégico, una planificación clara que tenga como horizonte el desarrollo productivo del país y el bienestar de sus ciudadanos por sobre cualquier interés particular.

No se trata de quitarle los subsidios a estas empresas, que de por sí han demostrado su incapacidad para prestar un servicio tan básico como la luz, ya que la única consecuencia sería un aumento en la factura que pagamos mes a mes. El fracaso de Edenor y Edesur es el fracaso de las privatizaciones que tanto mal le hicieron y le hacen al pueblo argentino.

Necesitamos una empresa pública, nacional, federal y con participación social en el control de los servicios. Es con participación popular la forma en la que podemos recuperar esta empresa en manos del Estado, y es también la participación popular la forma que tenemos para disputar si va a estar orientada a favor de las mayorías o no. Ese es el único camino para recuperar la soberanía nacional y el bienestar social.
Ante el fracaso de las privatizadas. FeTERA_CTA.
POR UNA ARGENTINA JUSTA, LIBRE Y SOBERANA

FETERA (Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina).

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