No había dudas, la retaguardia del proyecto sanmartiniano lo constituía su principal apoyatura política en Buenos Aires. Me estoy refiriendo al Director Supremo Pueyrredón. El apriete iba en serio.
No había dudas, la retaguardia del proyecto sanmartiniano lo constituía su principal apoyatura política en Buenos Aires. Me estoy refiriendo al Director Supremo Pueyrredón. El apriete iba en serio. La guerra emancipatoria no daba espacio para medias tintas. Juan Martín pone quinta directa e intima al comercio inglés porteño. Si no ponen un centavo tienen catorce días para decidir, caso contrario las autoridades pasarían al embargo, remate, cierre del negocio y expulsión de los burgueses británicos que no colaboraran con la Causa Emancipadora.
Caracterizamos la contienda en Sudamérica descalificando la versión oficial mitrista de los acontecimientos político-militares que sucedieron al golpe institucional del 25 de Mayo de 1810. El mensaje de los seguidores de don Bartolomé comprometieron su prestigio historiográfico en la versión probritánica de la gesta emancipatoria. La contradicción principal pasaba por españoles contra criollos. Desde el punto de vista de la Corriente Revisionista de la Izquierda Nacional, sostenemos: no hubo tal enfrentamiento entre peninsulares y nativos. Los sucesos en los virreinatos fueron ni más ni menos que el reflejo de la guerra civil que en la península enfrentaba a liberales revolucionarios con la nobleza oligárquica de la España Negra. Y eso queda demostrado. Con innumerables ejemplos.
En el caso del proyecto sanmartiniano fue un comerciante de origen español el que se encargó de coordinar los esfuerzos para hacer caja para el proyecto. Fue Ambrosio Lezica, la principal apoyatura que tuvieron los patriotas anclados en Mendoza preparándose para entrar en acción. Nos cuenta Vicente Fidel López que Lezica tenía entre sus principales virtudes "el arte del giro". Se movía como pez en el agua entre el mundillo de la Pandilla del Barranco. Era un organizador financiero nato. "Rey absoluto de la aduana" a la que ingresaban aproximadamente unos 120.000 pesos mensuales. De estos ingresos salían los pesos para armas, vestuarios y sueldos a los empleados. Para la Historia oficial todos trabajaban sin cobrar, no existían pues los inodoros porque los personajes carecían de necesidades biológicas.
Conociendo esta parte ocultada de nuestro pasado, los hechos dejan de ser una sucesión de situaciones inconexas cuya única salida es someter a sesiones de angustiante tortura a nuestra memoria.
En todo este aparente embrollo histórico aparecen los británicos, su perentoria necesidad de vender los excedentes de su producción a cualquier precio, mejor dicho al mejor precio. Es en Cádiz donde encontramos a Tomás Lezica, hermano de Ambrosio director de la filial Cádiz de Casa Lezica, con importantes vinculaciones con la banca británica. Estaba España en plena guerra civil. Los ingleses estaban más que interesados que los tenderos del litoral sudamericano lucharan por la independencia-dependiente. Disponían para tal fin de 3 millones de duros. Hacia dónde estaba orientada esa inversión?. Procurar la insurrección de las tropas españolas destinadas a ser embarcadas hacia el Virreinato. Lo que se trataba era pues, apoyar al sector liberal del Ejército opuesto al ejército fernandiano. La Historia nos recomienda una constante: averigua quién financia la batalla y entenderás la guerra. F.A.M.
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