Con sólo pulsar "imprimir", se pueden realizar desde tazas de cerámica hasta prótesis. Conocé cómo funciona la tecnología del futuro que ya es presente.
El sueño de la fábrica propia ya es una realidad, gracias a las impresoras 3D. Se trata de una nueva generación de máquinas capaces de construir objetos a partir de diseños realizados en computadoras.
Las impresoras 3D sustituyen los tipos de producción de la fábrica tradicional ya que pueden producir diferentes tipos de objetos, en diferentes materiales, todos a partir de la misma máquina. Las posibilidades son múltiples: desde elementos para la matricería, la prefabricación de piezas o componentes en sectores como la arquitectura y el diseño industrial, hasta tazas de cerámica, juguetes de plástico, vasijas o tortas de chocolate.
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¿Cómo funcionan?
Si se mira con un microscopio una página de texto impresa se verá que la tinta se encuentra en la parte superior de la superficie de la página. En teoría, si se imprime sobre la misma página unos cuantos miles de veces, con el tiempo la tinta acumularía suficientes capas una encima de otra para crear un sólido modelo 3D de cada letra. Así, es como funcionan las impresoras 3D: aplican capa sobre capa hasta completar el objeto.
Esta tecnología, funciona convirtiendo archivos CAD (Computer aided-design o Diseño asistido por computadora) en prototipos reales. Un mecanismo que ha sido utilizado en la manufactura comercial por décadas, pero que en los últimos años es más accesible a partir de máquinas hogareñas de compañías como 3D Systems, MakerBot y Afinia.
Para crear objetos, se empieza por el diseño de un objeto 3D en la computadora, se conecta una impresora 3D, y como si fuera un texto, se pulsa "imprimir". En el proceso, un objeto entero se divide en miles de diminutos cortes que se van "imprimiendo" de a uno, de abajo hacia arriba. Esas pequeñas capas se adhieren entre sí para formar un objeto sólido. Las impresoras 3D pueden crear piezas móviles, como bisagras y ruedas.
Las ventajas
Con las impresoras 3D el limite es la imaginación, y son ideales para elaborar piezas que se han roto, perdido o que no están más a la venta. Son una excelente herramienta para crear prótesis médicas, ya que permiten adaptar cada pieza a las necesidades precisas del paciente. De este modo, se pueden construir huesos, órganos y piel para tratar lesiones.
¿Cuánto cuestan?
Los precios de las impresoras van desde los US$ 300 dólares hasta los US$ 4000 por una máquina de calidad casi profesional, y la bobina de filamentos para realizar objetos plásticos, cuesta entre 30 y 50 dólares en Estados Unidos.
El precio de cada producto creado por impresión es mucho más alto que el de uno igual hecho en una fábrica, por lo que la impresión en 3D aún no puede ser utilizada para la producción masiva.
En la Argentina
En el país, la tecnología es muy utilizada en el arte y el diseño con marcas locales como Kikai Labs, una de las primeras empresas nacionales que fabrica impresoras 3D. Para los curiosos, hasta existe un cibercafé temático con impresoras 3D en el barrio porteño de Palermo, 3D Lab (Godoy Cruz 5198).
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