martes, 20 de mayo de 2014

#166: The Holder of the Ethereal
Español: El Holder de lo Etéreo
En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier salón de conciertos donde puedas entrar. Una vez dentro, encuentra al jefe de mantenimiento y pregúntale por ver a The Holder of the Ethereal. Pestañeará un par de veces, como si no estuviera seguro si lo que preguntaste fue en serio. Reitera tu pregunta. En caso que continúe parpadeando, podrás cerrar tus ojos y tapar tus oídos antes de ser testigo de cómo tus entrañas son masticadas por demonios hambrientos. Sin embargo, si él sacude su cabeza y se marcha, sigue adelante y déjalo ir, pues tu pedido ha sido concedido.
En este momento, todo lo que puedes hacer es esperar. Te darás cuenta que el salón se irá oscureciendo muy, muy lentamente, pero no podrás distinguirlo hasta que haya pasado un cierto tiempo. Tan pronto esto pasa, los sonidos tenues, casi inaudibles de una canción comenzarán a reproducirse. Este sonido se hará más y más fuerte, también muy lentamente. No obstante, debes esforzarte para no escucharla, pues esto hará que se desvanezca, y tus oídos serán arrancados de tu cabeza. Debes considerarlo como un ruido de ambiente y nada más, a pesar de que será la canción más bonita que hayas escuchado jamás.
Pronto, un coro se alzará para unirse con la canción. La letra de la que habla será más vil que cualquiera que puedas oír en la Tierra, pero al igual que la canción, no debes concentrarte en ella. Junto a una melodía desgarradoramente hermosa, cantarán una canción sobre cada asesinato, cada violación, cada historia de amor falsa y rota que el mundo haya conocido jamás. En caso que te hayas enfocado en oírla al menos un segundo, te encontrarás con la miseria descrita en la letra, cien veces más terrible, hasta que el día en que enloquezcas o mueras.
Luego de lo que podría ser un largo tiempo, la canción se irá desvaneciendo, pero las luces continuarán tornándose negras, con la excepción de un lugar a pocos metros, habitado por sombras levemente iluminadas. No las mires muy de cerca, pues si lo haces, caerás en la demencia a la vista de las criaturas que acechan por allí. Luego de un rato, una figura sin ojos vestida con un atuendo formal estará de pie en ese punto, llevando a su lado un viejo violonchelo podrido, tan alto como él. Se sentará sobre una silla enmohecida que gradualmente tomará forma junto a las sombras también. Estará listo para tocar, pero no lo hará hasta que le preguntes: ¿Por qué Ellos cantan? Sonreirá tristemente y te preguntará: ¿Qué pensaste de mi canción?
Cuando te haya preguntado eso, sólo deberás responder con: "No he venido sólo para escuchar antiguas bellezas". Suspirará y comenzará a tocar otra melodía, a la vez alegre y fuerte, caprichosa y conmovedora. Sin importar qué hagas, no podrás tampoco escuchar esta melodía, sino todo se desvanecerá y en un parpadeo estarás frente al mismísimo Satanás, escuchando sus lamentos por toda la eternidad.
La figura comenzará a hablar lentamente, pero en profundidad, acerca de por qué cantan, sobre sus intentos por ahogar sus penas y nostalgia con música. Te dirá cómo es que la música es la única cosa que puede calmar su furia y su sed de sangre, incluso aunque estén condenados a cantar las cosas más horribles imaginables.
Una vez termine de hablar, su melodía se detendrá también. Si no es así, tu muerte será rápida e indolora, y te unirás a él en su coro para siempre. De otro modo, él levantará y guardará su violonchelo, y te lo dará. Lentamente se mezclará con la nada, como si nunca hubiera estado allí. El instrumento que dejó atrás es tuyo ahora.
Aquel violonchelo es el Objeto 166 de 538. Hacer música con él calmará las profundidades de tu alma, pero cada vez que lo toques harás que el coro vuelva a subir su volumen. Deberías ser cuidadoso, no sólo por hacerlo más fuerte y numeroso conforme pase el tiempo, sino también porque mientras más lo toques, más cerca estarás de reunirlos…

#167: The Holder of the Palette
Español: El Holder de la Paleta
Una paleta es una superficie rígida, plana en la que un pintor arregla y mezcla las pinturas, generalmente de madera, plástico o de otro material duro no poroso, y puede variar mucho en tamaño y forma.
En cualquier ciudad, en cualquier país, encuentra cualquier tienda de suministros de arte o estudio de pintura a donde puedas ir. Mira dentro y ve si hay alguien trabajando en alguna pieza de arte. Si está empezando, no lo molestes hasta que esté a punto de terminar. Una vez este casi listo, pregúntale si puedes ver una pintura de The Holder of the Palette. El artista debería congelarse, y cuando te mire, notarás una mirada de incredulidad en su rostro. En caso que sea cualquier otro aspecto, como aburrimiento, o peor aún, hambre, entonces el objeto ya ha sido obtenido, y sólo tendrás unos cortos momentos antes de volverte la nueva fuente de tinta roja del artista.
Él comenzará a pintar marcas bizarras en su pintura, terminando con un ademán que hará que te caiga pintura en los ojos. Podrás gritar, el dolor no será como nada que hayas sentido antes que toma contacto con tus ojos. Cuando puedas ver de nuevo, estarás en el paisaje que el artista estuvo pintando. Serás libre de explorar tus alrededores, pero tendrás que encontrar aquello que sea diferente a la pintura.
Luego de un rato, encontrarás algo, o quizás, alguien. Será un anciano, con una paleta, un delantal usado cubierto en "pintura" roja, y un pincel colorida, ocupado rellenando el desaparecido escenario. En la paleta habrán globos oculares de varios colores, con excepción de uno. Camina hacia el artista, y pregúntale: ¿Con qué cosa Ellos proporcionan el color rojo?
El hombre comenzará a relatar, de forma muy educada, la historia de los colores. Cómo cada uno obtuvo su nombre, su composición química, en qué fue usado y por qué. No necesariamente terrible, hasta que hable del color rojo. Comenzará a contarte el descubrimiento del rojo, la sangre que fluyó en la confección de ese color, la forma en que se obtuvo con diferentes fuentes y cómo difieren los colores. Podrías volverte loco y pedirle al hombre que termine con tu vida, pero esto sólo te llevará a una cantidad inexplicable de dolor siendo su sifón de su rápidamente agotable fuente de rojo.
Él te mirará profundamente a lo ojos. Será inevitable, y él encontrará el color que le falta. Si miras a los suyos, verás que tendrá los ojos de exactamente el mismo color que los tuyos. Deberás quitarle el pincel y clavarlo en uno de sus ojos, antes que él tenga la oportunidad de hacerlo contigo. Quítale el pincel, y el hombre gritará de una forma impía, agitando el mismo paisaje. Te atacará, y comenzará a arañar tus ojos. No lo mates, pues hacerlo es tomar su lugar como el pintor del universo. Arranca su otro ojo con el pincel, y empuja al hombre ahora titubeante lejos de ti.
Dile sólo una cosa: "Por el maestro, no tengo ninguna simpatía. Por lo demás, la siento". Si él responde con: "¿Por qué no compadezco a los dos?" entonces estarás condenado, y serás su nuevo sujeto para un cuadro, siendo moldeado y deformado de maneras que incluso Ellos se encogerían. Sin embargo, si él responde: "Ya no soy más el maestro", entonces di: "¿Cuándo lo fuiste alguna vez?"
Te encontrarás frente a la pintura en que el artista estuvo trabajando, con las marcas aún sobre ella, y la paleta que el hombre usaba tirada en el suelo. Tómala y vete rápidamente, pues el artista se preguntará por qué has arruinado su obra.
Esta paleta es el Objeto 167 de 538. Los colores en ella prepararán el terreno. Sin embargo, sea cual sea el color que utilices, el resultado final será rojo cuando Ellos se reúnan.

#168: The Holder of Zeal
Español: El Holder del Celo
Del bajo latin 'zēlus', llámese 'celo' como una ferviente devoción y entusiasmo, a menudo extrema o fanática en su naturaleza, hacia un movimiento religioso, causa política, ideal, o aspiración.
En cualquier ciudad, en cualquier país, ve al cementerio más grande dentro de los límites de la ciudad. Lleva contigo algún otro Objeto, además de una pala, una brújula, y un reloj, así como también alguna fuente de luz y algo para leer si te aburres muy fácilmente. Haz esto en alguna noche de luna llena.
Ve al punto más alto en el cementerio, y manteniendo la mirada en el reloj, espera a medianoche. Cuando la hora llegue, párate y di: "Llévame ante The Holder of Zeal". Una vez hayas dicho esto, la luna llena menguará en oscuridad, dejando tus alrededores sin luz, excepto por una tumba, que brillará pálidamente. Toma tus suministros y ve allí. La lápida dirá: 'El Holder del Celo', y en el epitafio: 'A través de la devoción todo es posible'. Comienza a cavar frente a la tumba, y no te detengas hasta que hayas desenterrado completamente el ataúd sellado abajo. Abre la tapa del sarcófago – debería ser fácil – y verás que no contiene cuerpo, ni ninguna otra cosa salvo total oscuridad. Ésta es tu última oportunidad de retroceder. Si continúas, la única manera de salir de esto será para verlo hasta el final.
Ahora, despójate de todo lo que lleves, con excepción del Objeto que hayas traído y la brújula (cualquier fuente de luz saboteará tus esfuerzos por continuar, y todas las demás cosas no serán más que un estorbo). Orienta tu brújula hacia el oeste, y posiciónate en el pozo de manera que mires hacia la dirección de la flecha. Deberías estar apuntando hacia el lado correcto del ataúd abierto. Ve delante y cuidadosamente introdúcete en el ataúd. Caerás por unos pocos segundos, pero el aterrizaje será indoloro. La oscuridad allí será total, pero tocando tus alrededores podrás discernir que estás en un corredor de piedra, con un espacio de aproximadamente 2 metros y medio. Ignora la ausencia de cualquier luz, tu brújula brillará con la misma luminiscencia tenue que la tumba que desenterraste, lo suficiente para que la puedas ver. Camina hacia el oeste.
Desde ahora, hasta el final del túnel (sabrás cuando llegues), no mires nada más que la brújula, no te muevas en ninguna otra dirección que no sea hacia el oeste, sin desviarse del centro del túnel. Dejaste atrás el muro de piedra con el primer paso. El crujido bajo tus pies es la trituración de fragmentos de huesos, y en ambos lados de donde estarás habrán sólidas y espasmódicas masas de carne. Cosas muertas, alienígenas, abominables, todos los tejidos vinculados en dos cuadros aborrecibles que serán tus únicos compañeros en este estigio camino.
Escalofriantes insinuaciones e insanos secretos serán susurrados, gruñidos coléricos juramentos, aullados terribles gritos, entre una cacofonía de ruido menos reconocible. Ver estas monstruosidades fusionadas con cualquier luz podría afectarte hasta lo más interno de tu ser, te petrificarás el tiempo suficiente para que las extremidades deformes te despedacen, añadiendo tus restos sanguinolentos a sus cuerpos compuestos. Incluso ver sus retorcidas sombras te llenará de horror. Así que, una vez más, no dejes de mirar la brújula, no te desvíes del centro, y no bajes el ritmo.
A su tiempo, el aborrecible murmullo cesará tras de ti. Cuando ocurra, mira arriba.
Estarás en un nicho no más amplio que el corredor que dejaste. Los muros serán de piedra una vez más, fijados en ellos, en varios lugares, lámparas que brillan con una extraña luz verde. El piso estará dividido en baldosas de formas no euclídeas rodeando un estrado octagonal. Allí estará la estatua de una deidad olvidada, cuya forma será tan horrible que sólo los más devotos seguidores podrían mirarla sin sucumbir al terror. Mira a la figura camuflada detrás de la estatua, dándote la espalda. En silencio, con la cabeza inclinada respetuosamente, ve donde la figura y pregúntale: ¿Por qué debo creer en Ellos?
Una vez escuche estas palabras, el acólito se pondrá de pie y responderá: Porque Ellos creen en ti.
Volteándose para verte, el acólito levantará su capucha, revelando un rostro sin ojos en sus órbitas, pero con uno en el centro de su frente. Desde sus fosas nasales serpenteantes y boca sin labios, el icor fluirá incesantemente. Desde sus vestiduras sin forma, incontables extremidades, como colas de escorpión, terminando en hojas quitinosas, se deslizarán y estarán listas para despedazarte. No te defiendas, en su lugar, toma el Objeto que trajiste contigo, y concéntrate completamente en su forma, los recuerdos sobre la forma de su Holder, cómo lo obtuviste. Pero no pienses en lo que está a punto de pasar.
Cuando te hayas perdido ante el Objeto, más allá del poder de quién lo creó, el acólito comenzará con su tarea. El dolor infligido será terrible, pero no debes ser distraído por éste. Incluso aunque segmentos de tu cuerpo caigan al piso, no debes prestarle atención. De cualquier modo, morirás, pero sólo a través de este ejercicio supremo de la voluntad serás restaurado.
Si tienes éxito, despertarás en tu cama, en tu dormitorio, y el reloj mostrará las 2:00 a.m. Ve al espejo más cercano, y observa la red de líneas rojas a través de tu cuerpo. Estas cicatrices dolerán un poco, pero el dolor se encenderá ante la presencia de otro Holder.
La red de líneas rojas son el Objeto 168 de 538, las Marcas del Fanático. No dudes en tu camino, o Ellos te atraparán por toda la eternidad.

#169: The Holder of Mortality
Español: El Holder de la Mortalidad
En una ciudad próspera que haya sobrevivido en su lugar actual por más de tres siglos, alquila una habitación de hotel lo más cerca del centro de la ciudad que sea posible. Si absolutamente debes tener el Objeto de este Holder, entonces, ya has solicitado al gerente del hotel para ver a quien se hace llamar The Holder of Mortality, y si ya has dicho esto, sinceramente espero que tengas éxito, pues la imposibilidad de obtener este Objeto tendrá consecuencias que llevarían incluso a algunos Holders a la locura.
Permanece en esa habitación por tres días sin tener contacto verbal con ningún otro residente en el área y sin siquiera pensar en irte, no importa cuántos cadáveres solitarios lleguen a roer casualmente tu piel sensible. Si en cualquier momento, un grito de auxilio escapa de tus labios mientras están en tu prisión voluntaria, podrás hacer lo que sea para evitar tu inminente secuestro y posterior sádica tortura. Tu cobertura se ha perdido en este punto, y los hambrientos secuaces pronto liberados de tu propio subconsciente irán a la caza de tu marcada y apetecible carne tanto tiempo como vagues por este mundo.
Si, por algún milagro del ingenio humano, te las arreglas para estar en esa habitación por tres días sin perder la cordura, felicitaciones, ahora vete de allí, tienes trabajo que hacer.
Muchas cosas han cambiado en el mundo exterior durante tu estadía en esa habitación; verás a lo que me refiero una vez vayas más lejos. Presta atención al comportamiento de la gente que te rodea; por ejemplo, te darás cuenta que pareciera que entre todos se están alimentando de los demás. No pasaría mucho tiempo observando a mis compañeros, sin embargo.
Sólo sigue caminando. Tu destino es el centro absoluto de la antigua ciudad. Esperemos que el sol brille durante el viaje, de lo contrario, vigila tus pasos: el Holder que estás a punto de conocer tiene muchos dedos, y Él odia cuando se les pisa.
El centro de la ciudad será distinguible por dos cosas: primero, un nido de pájaro en un árbol delgado y blanco; y segundo, una horrible y enorme masa carnosa y apestosa retorciéndose en el suelo. No te dejes intimidar por su tamaño o hedor, pues la más leve sensación de duda o miedo en tu mente será todo lo necesario para que descubran tu presencia… y tus motivos.
Los pasos restantes deberían ser fáciles si has logrado llegar tan lejos sin una pizca de miedo interno, simplemente arrástrate por la masa tan silenciosamente como sea posible y empuja algo afilado en su vientre blando.
Si no lo has herido, entonces tu existencia en aquél lugar será otro elemento de disuasión para los futuros Buscadores. Si lo hiciste correctamente, un líquido amarillento y pálido saldrá de la herida y estarás en gran parte fuera de peligro tan pronto como tu víctima se desinfle y se encoja en una forma casi similar a la humana.
Él está ahora completamente indefenso (aunque aún así, no pises sus dedos) y deberás estar seguro de preguntarle: ¿Él alguna vez morirá?
Deberás escuchar cuidadosamente su respuesta, mientras sus labios son cubiertos por capas de piel arrugada. Su respuesta será breve; cuando termine, siéntete libre de buscar a través del limo del Holder por su Objeto. Mi sugerencia sería que cerraras la boca durante tu búsqueda, así como cualquier otro orificio en tu cuerpo. No querrás que esté dentro de ti.
El parásito es el Objeto 169 de 538. Mantenlo alejado de tu estómago.

#170: The Holder of the Centuries
Español: El Holder de los Siglos
En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier piscina pública. En la puerta principal, dile al cajero que deseas ver a The Holder of the Centuries. Si responde, sin importar lo que diga, vete inmediatamente, y nunca regreses allí. Si te ignora, insiste. El cajero cerrará sus ojos por varios minutos, se pondrá de pie y te guiará a través de la piscina. Te darás cuenta que tanto la piscina como sus alrededores están repentinamente desprovistos de gente, y el agua estará completamente quieta. El cajero se detendrá en la orilla de la piscina, y silenciosamente te dirá que entres.
Sumérgete completamente en el agua, de manera que ninguna parte de tu cuerpo se acerque a la superficie de la piscina. Cierra los ojos y permanece así todo el tiempo que te permita dejar tu mente preparada. Abre los ojos. Si no estabas preparado, aún estarás en el agua, pero incapaz de moverte y rápidamente quedándote sin aire. Pero si estabas listo para enfrentar al Holder, cuando abras tus ojos verás un oscuro e interminable estrecho debajo. Deberás flotar suavemente a la superficie y mirar a tus alrededores. En el horizonte, verás una isla. Cuando comiences a nadar hacia la isla te darás cuenta que el agua ya no está quieta, y te empuja hacia atrás con gran fuerza. Deberás nadar fuertemente contra la marea, pues tan pronto como te canses, serás barrido, condenado a estar a la deriva para siempre, a través de este estéril e infinito océano.
Si alcanzas la isla, sentirás un impulso casi inevitable de parar y descansar. Pero deberás seguir adelante hasta que llegues a un gran lago en el centro. Cada músculo de tu cuerpo gritará, sentirás tu mente a punto de colapsar, pero no estarás seguro hasta que llegues al lago. Al llegar, dirígete hacia el lago y bebe un poco de su agua cristalina. Tan pronto como el líquido toque tu garganta, escucharás su voz extraña, llamándote desde alguna parte bajo la superficie. Sus palabras serán extrañas e incoherentes, confusas por las leguas de agua que los separan.
Debes mirar con firmeza delante de ti y preguntar: ¿Cómo llegó a esto?
Su voz repentinamente se volverá clara, sus palabras resonarán en la superficie. Describirá los incontables siglos por los que ha vivido, describirá cómo cada continente fue consumido por el océano, cómo este grupo de rocas es la única tierra restante en todo el planeta.
Te dirá la forma en que lloraba, constantemente, por todos esos siglos, creando este lago con sus lágrimas, y te dirá lo que cada lágrima representa, en horrible detalle. Que ha llorado por cada atrocidad cometida, cada muerte, cada mentira, todo ello en su interminable llanto. Entonces dirá que tu muerte será la última lágrima que derramará.
Deberás bucear dentro del lago, nadando hacia abajo hasta que ya no haya más luz, hasta que tus pulmones se vacíen. Te convencerá de que regreses, y vivas en la superficie para siempre. Si lo ignoras, tratará de repelerte, lanzando chorros de agua hacia arriba. Si persistes, verás algo sin forma definida, brillando en la oscuridad. Si eres lo suficientemente rápido, lo alcanzarás justo cuando quedes inconsciente. Debes tocarlo, y te liberará de esta vida.
Despertarás una vez más en la piscina pública, sintiéndote frío y exhausto. Felicidades, el Holder te ha relegado todos los siglos que vivirá, siglos que tú también vivirás ahora. Estarás vivo cuando los continentes comiencen a hundirse. Estarás vivo cuando todas las demás formas de vida hayan perecido en las hirvientes y congeladas aguas. Y todo ese tiempo llorarás, llorarás por tus errores y por los del resto de la humanidad.
Esta inmortalidad es el Objeto 170 de 538. Estarás condenado a esperar hasta que otro Buscador idiota venga por ti, comenzando un nuevo ciclo.

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