viernes, 31 de enero de 2014

Ayuda encontremos a nagode!

Nagode, un ovejero alemán de 9 años, no aparece. Hace unos días, en medio de una gran tormenta, aparentemente entraron a robar en la quinta de la médica veterinaria encargada de su cuidado, en Tortuguitas, y a partir de ese momento no se supo más nada de él.

Pero Nagode (que se pronuncia "Nagoudi") no es un perro más. Se trata de un lazarillo, un perro guía o de asistencia de personas ciegas, que desde hace siete años acompaña a Esteban Caballero (52), un ingeniero agrónomo que perdió la vista a los 21 años en un accidente y que ahora, lejos del drama que viven su familia y amigos, disfruta los últimos días de un viaje al exterior largamente esperado junto a su mujer. Esteban no sabe que a su regreso, el próximo domingo, podría esperarlo una de las noticias más tristes de su vida.

"Estamos desesperados buscando a Nagode -explica la médica veterinaria Marcela Rodiño, que atiende al perro desde que éste se convirtió en guía de Esteban y que quedó a su cuidado durante el viaje del matrimonio-. Rompieron el alambrado de nuestra casa quinta en Combate de San Lorenzo entre Panamá y Colombia, a 3 cuadras del club Alumni, en Tortuguitas. No escuchamos nada, esa noche llovía muchísimo. No robaron nada, pero se llevaron (o quizás escaparon asustados) a Nagode y a dos perros míos, de raza border collie. Nagode está castrado, no tiene utilidad como reproductor."

Rodiño agrega que hicieron la denuncia, que a Nagode lo busca la policía de Tortuguitas, que hay una recompensa de 5.000 pesos y que hasta pusieron un vehículo con altoparlantes en el barrio para ayudar a encontrarlo. También recorrieron palmo a palmo la distancia entre la casa quinta y las oficinas donde Esteban trabaja, en Beccar, porque Nagode lo acompaña todos los días hasta allí.

Almendra Gargiulo, rescatista y entrenadora de perros de asistencia para discapacitados motrices, hipoacúsicos y autistas en Bocalán Argentina, comenta que a Esteban la relación con su lazarillo le cambió literalmente la vida.

En un texto que él mismo escribió, cuenta que cuando le hablaron de tener un perro guía ya estaba casado con Diana, recibido de ingeniero agrónomo y trataba de ser un padre "normal" para sus dos hijos, Marina y Martín.

"Pero la ceguera va complicando la movilidad: veredas rotas, pozos, obras en construcción, el caos de la ciudad, el tránsito, la gente....", escribió. Entonces, no sin prejuicios y miedos ante esta nueva aventura, Esteban viajó a EE.UU. y allí conoció la organización Leader Dog Rochester, donde le presentaron a Nagode, especialmente entrenado para acompañarlo.

Y así habla de ese encuentro: "Salir del fin del mundo. Aprender, conocer, empezar de cero a los 45 años. Cortar el cordón umbilical con el bastón. Confiar en un animal, mutua entrega. Dejar de caminar pensando que en cualquier momento me chocaba con algo..."

A partir de la relación con su lazarillo, Esteban conoció lo que significa estar acompañado aunque no medien las palabras. Todos los sentidos de Nagode reemplazan la vista que perdió Esteban, que a partir de este encuentro se animó a largas caminatas, a viajar a Bariloche, a recorrer bosques, trepar montañas, aceptar nuevos trabajos y tuvo que explicar en un país donde poco y nada se sabe del tema por qué un perro guía tiene derecho a entrar a un hotel, a un cine, a un medio de transporte o a un restaurante mientras acompaña a la persona a quien asiste. Desde hace un tiempo, Esteban estudia Letras en la UBA, y Nagode también lo acompaña a la facultad.

"La ceguera a veces te lleva a un mundo difícil de compartir con otros -escribió Esteban-. Por eso Nagode se convirtió en un contacto directo con la vida, la vitalidad, la energía: un perro piola buscándome para que me levante de la cama cuando no me siento bien... Un perro a mi cargo, un ciego a cargo de un perro... Un disparador para concretar otros proyectos, un cable a tierra".

¿Qué puede explicar la misteriosa desaparición de Nagode? "No lo sabemos -afirma con preocupación Almendra-. Estos perros no se venden. Para conseguir uno hay que ir a EE.UU. o Inglaterra, principales proveedores a extranjeros y su entrenamiento cuesta arriba de los 20.000 euros. En España también los entrenan, pero sólo para españoles. Si alguien lo robó sabiendo que es lazarillo podría intentar revenderlo, aunque nunca en forma legal. Además, Nagode tiene ya 9 años y pronto debería 'jubilarse', porque estos perros cumplen con su tarea hasta los 11 o 12 años, y luego siguen viviendo con la familia, pero no 'trabajan' más."

La familia de Esteban Caballero está desesperada por encontrar a este ovejero alemán que le cambió la vida. "Esteban vuelve el domingo... Y no sabremos qué hacer si Nagode no está en Ezeiza, esperándolo", dice su hermana, Marta.


Contacto: almendragargiulol.com; 15 5963 8343.
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