martes, 3 de septiembre de 2013

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La violencia y los abusos sexuales fueron una constante en la vida del chico que mató a golpes al pequeño en su casa de Jacksonville, en EEUU. La Convención de los Derechos del Niño prohíbe la pena.

Perpetua a un niño de trece años acusado de asesinar
Cristian Fernández. La Convención de los Derechos del Niño lo considera otra víctima de la violencia social.

Un niño estadounidense de 13 años fue condenado a cadena perpetua acusado de haber asesinado a golpes a su hermanastro de dos años, en una pena prohibida por la Convención de los Derechos del Niño.

La violencia y los abusos sexuales fueron una constante en la vida de Cristian Fernández, un adolescente que con sólo 13 años es el preso más joven en Estados Unidos y enfrenta la cadena perpetua por matar a golpes a su hermanastro de dos años, al que cuidaba en su casa de Jacksonville (Florida).

Cristian Fernández tiene por detrás una historia aterradora. Fue un hijo no deseado por su madre, Biannela Susana, quien lo concibió con 14 años tras ser violada por un vecino suyo, que fue condenado a diez de prisión por este abuso.

La primera vez que Fernández apareció en los medios fue tras ser hallado por la policía, desnudo y sucio, en las calles de Miami. El y su madre habían huido de la casa de su abuela, quien era drogadicta y hacía de sus vidas un infierno.

Con sólo tres años, fue expulsado de un jardín de infantes por bajarle los pantalones a un compañero y simular el acto sexual. Según los servicios sociales que investigaron el caso, el pequeño sufrió algún tipo de abuso sexual y el responsable había sido un primo suyo.

Tragedia preliminar. Antes de que Cristian Fernández cumpliera los seis años, su madre se casó con Luis Alfonso Galarraga Blanc, pero el matrimonio se rompió de forma trágica: El padrastro se suicidó frente a los hijos de la pareja tras dar una brutal paliza a Cristian.

Sólo seis meses después de este traumático episodio, cometió el asesinato de su hermanastro más pequeño. El 14 de marzo de 2011, Biannela salió de su casa y dejó a Cristian, el mayor de sus hijos, a cargo del cuidado de sus hermanastros. Cuando regresó por la noche, se encontró al más pequeño inconsciente y sangrando por la nariz y los oídos.

Cristian le dijo que "se había caído de la cama". Biannela lo limpió y lo acostó. Entonces se puso a navegar por internet. Cuatro horas después de volver a casa, y tras comprobar que su bebé no reaccionaba avisó a emergencias. El niño murió dos días después por la fractura que sufrió en el cráneo.

En el caso de Cristian Fernández, la fiscalía lo acusa de asesinato en primer grado y pidió que se le juzgue como un adulto, algo también prohibido por la Convención de los Derechos del Niño, que lo considera también una víctima.

Una iniciativa ciudadana recogió 190 mil firmas en Estados Unidos para que no se le juzgue a Cristian Fernández como adulto, pero la fiscalía se opone porque alega: "Tenemos que proteger a la sociedad de este individuo, es la única medida que tenemos para asegurar la seguridad de los ciudadanos".

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