lunes, 3 de junio de 2013



El vehículo que recorre las calles estadounidenses de Seattle tiene forma de espermatozoide y es utilizado por los trabajadores de un banco de semen para recoger y entregar las muestras. Tiene capacidad para 25 o 30 recipientes.
Cuando las ideas surgidas del marketing se unen con la ecología, el resultado suele ser positivo. Una de esas ideas surgió del Banco de Esperma de Seattle, Estados Unidos, donde los trabajadores recogen y entregan muestras de esperma en bicicletas que tienen la forma de un espermatozoide.

La Bicicleta Espermática, como se la llama, se ha convertido en una atracción en la ciudad de Seattle. Tanto el tamaño como el diseño llaman la atención. Con 3 metros de largo y 54 kilos de peso, es realmente una bicicleta grande. Un gran contenedor con forma de bulbo ubicado frente al conductor es el principal sistema de enfriamiento y almacenamiento para transportar el esperma. El contenedor se llena con nitrógeno líquido y puede llevar hasta 25 o 30 recipientes con esperma.

Transportando material que pronto podría transformarse en un ser humano, la bicicleta está hecha a medida. La idea de esta bici fue concebida y usada por un banco de esperma europeo. Con la idea de entregar el esperma a las clínicas de fertilidad sin contaminar el medioambiente, se construyó la primera de estas bicicletas. Y luego la idea fue adoptada en Seattle como la Bicicleta Espermática.

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