El misterio de las rocas 'viajeras' del Valle de la Muerte, en California, lleva ya varias décadas interesando a los científicos. ¿Qué hace que piedras que alcanzan los 300 kilógramos de peso se muevan sin ninguna causa aparente?
Racetrack Playa, que forma parte del parque nacional del Valle de la Muerte, se considera uno de los lugares más misteriosos del planeta: allí habitan las 'rocas reptantes'. Los expertos les dan diferentes nombres: piedras que flotan, se arrastran, se deslizan o incluso bailan, algo que no cambia el sentido fundamental del fenómeno.
En el valle, las rocas 'viajeras' se mueven solas o en parejas dejando surcos en el suelo. Las ranuras normalmente son de poca profundidad: de unos dos centímetros. Sin embargo, pueden tener hasta 250 metros de longitud y alcanzar 30 centímetros de anchura.
Los extraños habitantes del Valle tienen de 30 a 300 kilogramos de peso y, según indican los científicos, no se mueven con demasiada frecuencia: una vez cada dos o tres años, pero los surcos se mantienen durante varios años. Se han registrado también casos en los que dos piedras comenzaron su movimiento al mismo tiempo hasta que una de ellas cambiaba la dirección o daba la vuelta.
Ya en el siglo XIX aparecieron los primeros intentos de resolver el enigma de las rocas 'vivas'. Algunas personas sugerían que en las rocas habitaban malos espíritus o que eran los terremotos los que causaban su movimiento, pero estas especulaciones no parecen ser ciertas, ya que el Valle se encuentra en una zona de baja actividad sísmica.
El misterio, 'revelado' en la cocina
La última de las teorías al respecto, presentada por el científico de la Universidad de Johns Hopkins, profesor Ralph Lorenz, parece arrojar un poco de luz sobre este misterio, aunque de momento su hipótesis no ha podido confirmarse.
Según Lorenz, el misterioso movimiento de las piedras se debe al hielo que a menudo se forma en aquel lugar. "En invierno, se forma una capa de hielo que cubre las rocas y cuando el fondo del lago se descongela y se queda empapado, comienzan a deslizarse a lo largo de su superficie. La capa de hielo les ayuda moverse, reduciendo significativamente la fricción. Y solo una pequeña brisa es necesaria para darles la aceleración del movimiento", explica Lorenz.
Para demostrar su descubrimiento el profesor realizó un experimento científico. Congeló una pequeña piedra en su cocina y la colocó en una bandeja con arena húmeda. "Empecé a soplar sobre la roca, que comenzó a moverse. Ese hielo permitió a la piedra deslizarse dejando una huella profunda en la arena", señaló el científico.
No obstante, aunque Lorenz parece estar más cerca que nunca de revelar el secreto de las rocas del Valle de la Muerte, muchas preguntas todavía quedan sin respuesta. Por ejemplo, ¿por qué algunas de las piedras se mueven, mientras que otras permanecen en su lugar? ¿O por qué ninguno de los científicos de momento logró ver o grabar el propio movimiento de las rocas?
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