Un Paraguay relegado a una posición a la que no está acostumbrado y en la que nadie esperaba verlo recibía a Bolivia en partido de la decimoquinta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Brasil 2014.
Un mundial que pese a que se disputará en el vecino Brasil parecía cada vez más y más lejano para los dos rivales que se verían las caras. Es por eso que el partido era considerado como un juego simplemente para cumplir entre ambos o para ir consolidando a los nuevos rostros en las alineaciones.
Sin embargo, existía todavía una pequeña esperanza matemática a la que una pequeña porción de los hinchas, los jugadores y el nuevo cuerpo técnico de la Albirroja se aferraba. Pero para ello se debía ganar este partido (y los otros tres restantes) manteniendo esa ventaja histórica que se tiene sobre los del altiplano jugando en tierras paraguayas.
El Defensores del Chaco no presentaba el marco de público que se solía tener en los días de buenos resultados, pero una buena cantidad de hinchas llegaron hasta Sajonia para hacer llegar su apoyo al once albirrojo que llegaba con un empujón anímico importante luego de empatar en el amistoso ante Alemania, un partido que muchos daban por perdido.
Paraguay arrancó siendo el más punzante. Tanto es así que apenas se había cumplido el primer minuto cuando el debutante Ángel Romero ya había conseguido el primer tiro libre de esquina a favor del representativo nacional.
La Albirroja tocaba bien el balón, presionaba sobre el arco protegido de Sergio Galarza. Así se sucedieron varias llegadas de peligro, pero faltaba todavía el toque final.
Bolivia no conseguía quitarle a Paraguay el balón y cuando lo hacía, terminaba entregándolo rápidamente a los jugadores albirrojos que volvían a martillar en busca del gol.
Así llegó el minuto 15, un pase en profundidad dejó bien parado a Romero que envió un centro que cruzó todo el área y volvió a quedar en posición albirroja. Llegó otro centro que fue despejado pero quedó en pies paraguayos una vez más.
Cumpliendo con aquello de que "la tercera es la vencida", luego de un centro cruzado desde el costado derecho (el tercero de ese bombardeo albirrojo) la pelota le quedó a Jonathan Fabbro en el área boliviana.
El 17 albirrojo dominó el esférico y con la derecha lo envió al fondo de las redes ante la desesperación boliviana. Era el 1-0 con el que se ponía un poco de justicia en el marcador.
La Albirroja siguió ambiciosa y en base a buenos toques y algunos tiros de media distancia seguí generando muchos problemas a la defensa boliviana.
En el minuto 27, un pase profundo dejó bien habilitado a Víctor Ayala que encaró a Galarza, pero el arquero visitante reaccionó bien para despejar el tiro del albirrojo. Pero el rebote quedó en los pies de Fabbro que definió con un tiro por arriba.
El balón tenía como destino final las redes del arco boliviano pero un providencial cabezazo de un defensor acalló el segundo grito paraguayo.
Diez minutos más tarde, fue el mismo Fabbro el que recibió la pelota levantó la mirada y pateó fuerte. Galarza trató de desviar el esférico pero necesitó volver a actuar antes de que se estrellara con el travesaño.
El primer tiempo llegó a su final con la mínima diferencia a favor de Paraguay, pero con la sensación de que la diferencia podría haber sido mayor.
En la segunda mitad, Bolivia quiso sorprender apenas en el inicio del juego con una sucesión de buenos toques. Pero el disparo se terminó perdiendo afuera.
De manera casi automática llegó una nueva oportunidad para el cuadro guaraní, un pase profundo dejó a Ángel Romero encarando a la defensa y definiendo en el área mientras se caía, pero su tiro pasó lejos.
Segundos más tarde, Miguel Samudio ganó el fondo por el costado izquierdo para terminar enviando un centro preciso al área boliviana donde Roque Santa Cruz se adelantó a los defensores bolivianos y con un cabezazo preciso envió el balón a las redes del arco. Llegaba el 2-0.
Un mundial que pese a que se disputará en el vecino Brasil parecía cada vez más y más lejano para los dos rivales que se verían las caras. Es por eso que el partido era considerado como un juego simplemente para cumplir entre ambos o para ir consolidando a los nuevos rostros en las alineaciones.
Sin embargo, existía todavía una pequeña esperanza matemática a la que una pequeña porción de los hinchas, los jugadores y el nuevo cuerpo técnico de la Albirroja se aferraba. Pero para ello se debía ganar este partido (y los otros tres restantes) manteniendo esa ventaja histórica que se tiene sobre los del altiplano jugando en tierras paraguayas.
El Defensores del Chaco no presentaba el marco de público que se solía tener en los días de buenos resultados, pero una buena cantidad de hinchas llegaron hasta Sajonia para hacer llegar su apoyo al once albirrojo que llegaba con un empujón anímico importante luego de empatar en el amistoso ante Alemania, un partido que muchos daban por perdido.
Paraguay arrancó siendo el más punzante. Tanto es así que apenas se había cumplido el primer minuto cuando el debutante Ángel Romero ya había conseguido el primer tiro libre de esquina a favor del representativo nacional.
La Albirroja tocaba bien el balón, presionaba sobre el arco protegido de Sergio Galarza. Así se sucedieron varias llegadas de peligro, pero faltaba todavía el toque final.
Bolivia no conseguía quitarle a Paraguay el balón y cuando lo hacía, terminaba entregándolo rápidamente a los jugadores albirrojos que volvían a martillar en busca del gol.
Así llegó el minuto 15, un pase en profundidad dejó bien parado a Romero que envió un centro que cruzó todo el área y volvió a quedar en posición albirroja. Llegó otro centro que fue despejado pero quedó en pies paraguayos una vez más.
Cumpliendo con aquello de que "la tercera es la vencida", luego de un centro cruzado desde el costado derecho (el tercero de ese bombardeo albirrojo) la pelota le quedó a Jonathan Fabbro en el área boliviana.
El 17 albirrojo dominó el esférico y con la derecha lo envió al fondo de las redes ante la desesperación boliviana. Era el 1-0 con el que se ponía un poco de justicia en el marcador.
La Albirroja siguió ambiciosa y en base a buenos toques y algunos tiros de media distancia seguí generando muchos problemas a la defensa boliviana.
En el minuto 27, un pase profundo dejó bien habilitado a Víctor Ayala que encaró a Galarza, pero el arquero visitante reaccionó bien para despejar el tiro del albirrojo. Pero el rebote quedó en los pies de Fabbro que definió con un tiro por arriba.
El balón tenía como destino final las redes del arco boliviano pero un providencial cabezazo de un defensor acalló el segundo grito paraguayo.
Diez minutos más tarde, fue el mismo Fabbro el que recibió la pelota levantó la mirada y pateó fuerte. Galarza trató de desviar el esférico pero necesitó volver a actuar antes de que se estrellara con el travesaño.
El primer tiempo llegó a su final con la mínima diferencia a favor de Paraguay, pero con la sensación de que la diferencia podría haber sido mayor.
En la segunda mitad, Bolivia quiso sorprender apenas en el inicio del juego con una sucesión de buenos toques. Pero el disparo se terminó perdiendo afuera.
De manera casi automática llegó una nueva oportunidad para el cuadro guaraní, un pase profundo dejó a Ángel Romero encarando a la defensa y definiendo en el área mientras se caía, pero su tiro pasó lejos.
Segundos más tarde, Miguel Samudio ganó el fondo por el costado izquierdo para terminar enviando un centro preciso al área boliviana donde Roque Santa Cruz se adelantó a los defensores bolivianos y con un cabezazo preciso envió el balón a las redes del arco. Llegaba el 2-0.
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