Kristina Svechinskaya, una joven estudiante rusa de veintiún años de edad, está en espera de juicio en Nueva York por pertenecer a un grupo de ciber-delincuentes que ha robado millones de dólares a los bancos. Además, se ha convertido en todo un fenómeno en la red.
La imagen mental que la mayor parte de la gente tiene sobre los hackers es la de jóvenes con gafas de fondo de botella, antisociales, y que viven pegados a un teclado, "picando" código para conseguir asaltar alguna barrera de seguridad. Kristina Svechinskaya rompe por completo con el retrato de este tipo de criminales.
Desde Rusia hasta la cárcel en Estados Unidos
La historia delictiva de Kristina comienza cuando en 2009 decide emigrar a Estados Unidos para poder ganar dinero y enviárselo a su madre viuda, que malvive en Rusia con un sueldo de 400 dólares al mes. Su primer trabajo en América fue en un restaurante de comida rápida en Massachusetts. El salario no era muy elevado, por lo que Kristina decidió probar suerte en Nueva York, en donde se supone que estableció contacto con una red de estudiantes de la universidad local NYU, que se dedicaban a realizar estafas en Internet.
Allí, según asegura la fiscalía de Nueva York, se dedicó en un primer momento al blanqueo de capitales. Ella permitió que parte del dinero robado por el resto de la banda se almacenase en una cuenta de ahorro a su nombre. Pero más tarde, Svechinskaya pasó directamente a utilizar un programa troyano para poder hacerse con los datos bancarios de cientos de estadounidenses y británicos, y se hizo con un botín de tres millones de dólares.
Fue descubierta en septiembre del año pasado, y dentro de tres semanas será juzgada en Nueva York por un delito de fraude y otro de falsificación de pasaportes. La bella hacker podría ser condenada a 40 años de prisión y a pagar una multa de un millón 250,000 dólares.
La imagen mental que la mayor parte de la gente tiene sobre los hackers es la de jóvenes con gafas de fondo de botella, antisociales, y que viven pegados a un teclado, "picando" código para conseguir asaltar alguna barrera de seguridad. Kristina Svechinskaya rompe por completo con el retrato de este tipo de criminales.
Desde Rusia hasta la cárcel en Estados Unidos
La historia delictiva de Kristina comienza cuando en 2009 decide emigrar a Estados Unidos para poder ganar dinero y enviárselo a su madre viuda, que malvive en Rusia con un sueldo de 400 dólares al mes. Su primer trabajo en América fue en un restaurante de comida rápida en Massachusetts. El salario no era muy elevado, por lo que Kristina decidió probar suerte en Nueva York, en donde se supone que estableció contacto con una red de estudiantes de la universidad local NYU, que se dedicaban a realizar estafas en Internet.
Allí, según asegura la fiscalía de Nueva York, se dedicó en un primer momento al blanqueo de capitales. Ella permitió que parte del dinero robado por el resto de la banda se almacenase en una cuenta de ahorro a su nombre. Pero más tarde, Svechinskaya pasó directamente a utilizar un programa troyano para poder hacerse con los datos bancarios de cientos de estadounidenses y británicos, y se hizo con un botín de tres millones de dólares.
Fue descubierta en septiembre del año pasado, y dentro de tres semanas será juzgada en Nueva York por un delito de fraude y otro de falsificación de pasaportes. La bella hacker podría ser condenada a 40 años de prisión y a pagar una multa de un millón 250,000 dólares.
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