Un reciente estudio del ADN del kiwi ha revelado varios datos importantes para entender los orígenes de las plantas.
Aproximadamente hace 27 millones de años, y también hace 80 millones de años, la secuencia del ADN del kiwi se duplicó. Cada vez que esto sucedió, la fruta terminó con dos copias idénticas de los mismos genes, sin embargo, este problema molecular no afectó negativamente a la planta, sino que le otorgó varios beneficios funcionales.
"La duplicidad contribuyó en otorgar genes adicionales que están involucrados en varias características del kiwi, como la vitamina C de la fruta, sus flavonoides y su metabolismo carotenoide", indicó el autor del estudio, Zhangjun Fei de la Universidad Cornell a Discovery News.
Entre los 39.040 genes encontrados en el kiwi, se descubrió que tiene muchos parientes distantes, entre los que se encuentran las papas y el tomate, pese a que se generaron en partes distintas del mundo: el tomate y las papas en el hemisferio occidental, mientras que el kiwi se originó en las montañas al sudeste de China. El hecho de que compartan genes luego de millones de años de evolución distanciada sugiere que estas secuencias genéticas son importantes para el funcionamiento básico de las plantas.
Fei y sus colegas genetistas analizaron la secuencia completa de ADN del kiwi, y publicaron los resultados en Nature Communications.
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