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11/01/2013
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Vizcachas en la zona de Lezama. Las grandes vizcacheras de la zona fueron el escenario perfecto para una gran jornada.
Para realizar una típica cacería de vizcachas decidimos juntarnos con Raúl Barco y Félix Linardi, y así emprendimos el viaje. Esta vez la logística estuvo a cargo de ellos, situación que –confieso– me mantuvo intranquilo, porque es algo que me gusta hacer en persona. Debo reconocer que ambos son profesionales y que al final no solo me sorprendieron, sino que superaron cualquier expectativa posible. El guía en esta ocasión fue Hugo De Luca, que realiza salidas de caza mayor y menor. En cuanto a su servicio, otra vez (la primera fue para la nota de junio; Weekend 489) me pasó a buscar por mi casa con su camioneta para dirigirnos a un campo privado en el Km 162 de la autovía 2, en la zona de Lezama. Ello me permitió llegar descansado y cumplir con ciertos ritos previos.
Entre ellos, recorrer las distintas vizcacheras para revisarlas y ver si estaban activas, lo que comprobamos con las huellas y heces: si hay y si son frescas, hay vizcachas en su interior. A continuación, probamos las armas sobre una zona segura y con algún blanco para comprobar el ajuste de la mira y su agrupación a distintas distancias. Y revisamos con luz aún solar cómo encarar las vizcacheras de noche y ofrecer menos visión a la presa (lo ideal son las noches nubladas o con poca luna, para que la vizcacha nos detecte lo más tardíamente posible). Los tiros se puedan realizar entre los 25 y 55 metros, pues a mayor distancia es conveniente aumentar el calibre o permitirse yerros varios..
En esta salida tuvimos la oportunidad de contar con un rifle de PCP (aire precomprimido) calibre 5,5 mm, que trajo Julio Caroni; una carabina calibre .22 LR, de Carlos García; y otra .22 Mag, de Raúl. Con esta gran variedad nos aseguramos una buena pegada dentro de los rangos de cada arma: PCP, 20 a 30 m; .22 LR, 20 a 65 m; .22 Mag, 20 a 85/90 m, siempre dependiendo no solo de la potencia, sino también de la mira.
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