Las personas creyentes son más adictas al porno; la religión afecta la salud mental, afirma psicólogo.
La manera de pensar conservadora de las personas religiosas los convierte en adictos a la pornografía, afirma estudio. Foto: Cuartosuro
Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).– Si en algún momento de tu vida has sentido que tienes un problema con la manera en la que ves pornografía o sientes que eres adicto (a) a ella, la respuesta te la puede dar tu religión.
Un nuevo estudio realizado en Estados Unidos sostiene que –comparadas con sus pares menos espirituales– las personas que se identifican a sí mismas como muy religiosos resultan sentirse más propensas a tener una adicción a la pornografía, sin importar qué tanto material erótico consuman realmente.
"Las personas religiosas son más propensas a pensar que eran adictas a la pornografía, incluso si la habían visto solo una vez", dijo Joshua Grubbs, de la Universidad de Case Western Reserve, según el sitio LiveScience.
Luego de estudiar varios años en una universidad conservadora y observar que muchos de sus compañeros se sentían mal consigo mismos tras mirar contenido pornográfico en Internet, Grubbs se interesó por la manera en la que la religión puede llegar a tener relación con la adicción a la pornografía.
"Es algo muy común en las religiones usar esa palabra [adicción] cuando hablan de pornografía (…) He visto cómo la religión afecta la salud mental y la vida psicológica de las personas. Observé que gente que veía pornografía con poca frecuencia se sentía culpable y consternada", explicó el autor del estudio que fue publicado en Archives of Sexual Behavior.
El autor del estudio afirma que la religión afecta la salud mental y la vida psicológica de las personas. Foto: Cuartoscuro
Grubbs también descubrió que la mitad de los más de mil 200 libros sobre la adicción a la pornografía que se ofrecen en el sitio de ventas en la red Amazon se encontraban en las secciones de religión y espiritualidad. Además, muchas de esas de obras eran testimonios personales sobre la lucha contra la adicción.
"Nos sorprendió constatar que el tiempo dedicado a ver pornografía no afectaba a la hora de percibirlo como una adicción, pero sí en cambio las fuertes creencias morales que la veían", agregó el autor del estudio, quien además expone que esta información puede ser de utilidad para los terapeutas y que, de este modo, entiendan que la percepción de la adicción está más relacionada con las creencias religiosas.
Por su parte, desde su comienzo, el auge de la pornografía en Internet ha sido seguida por fuertes debates acerca de lo que todo este material explícito ampliamente disponible está provocando a las hordas de personas que tienen acceso a él.
De esta manera, las teorías se ramifican y abordan distintos temas. Así hay quienes se preguntan si el auge de la pornografía promueve la hostilidad hacia las mujeres o, bien, puede darles el poder. Mientras tanto, otros afirman que este material sexual y erótico puede proporcionar una desahogo saludable.
La versión más popular de la pornografía es aquella promovida por algunos investigadores que han propuesto que la visión compulsiva de pornografía en Internet podría clasificarse como una subcategoría de la adicción al sexo, también llamado en ocasiones trastorno hipersexual. Sin embargo, los psicólogos no han podido ponerse de acuerdo sobre si la adicción al sexo (dejando de lado la adicción a la pornografía) se ajusta a la misma modelo que se utiliza para describir a las personas con problemas de abuso de sustancias, por ejemplo.
Por este motivo, la adicción al sexo no fue reconocido en la última versión del manual de salud mental de la Asociación Americana de Psiquiatría, y aún no existe un diagnóstico oficial al respecto.
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