martes, 25 de junio de 2013




Por muy sabios que seamos siempre que hay algo más que aprender. Más interesante resulta la curiosidad que a veces parece tan obvia, y por la que nunca nos habíamos cuestionado al respecto. Por ejemplo, el Everest es el punto más alto de la tierra, pero está muy lejos de ser la montaña más alta. ¿Confundido? dale un vistazo a: 20 curiosidades del planeta tierra.



La Tierra es más lisa que una bola de billar.



Quizá hayas escuchado que si la tierra fuera reducida al tamaño de una bola de billar, esta sería mucho más lisa. Una bola de billar tiene aproximadamente 5.7 cm de diámetro con una desviación de + / – 0,01 cm. Dado que la Tierra tiene un diámetro de 12,735 kilómetros, sin contar mares y montañas, se puede decir que nuestro planeta es bastante liso. Lo mas más sorprendente es que teniendo en cuenta la cumbre más alta, el Everest (8,850 m), y el poso más profundo, el de las Marianas,-11,000 m), los parámetros de la Tierra seguirían dentro de los niveles aceptables para una bola de billar, por lo que a su vez la leyenda urbana es totalmente cierta.



La tierra es ovalada.



Bueno, la Tierra es plana, pero ¿es lo suficientemente redonda? Como todos saben, nuestro planeta no es una esfera perfecta, y esto se debe a su propio giro. La fuerza centrífuga hace que el planeta se achate ligeramente en forma esferoidal, de modo que si se mide el diámetro entre los polos, en comparación con el diámetro del Ecuador, se obtiene una diferencia de 42.6 km. Y es mucho más de lo que admitiríamos para una bola de billar.



La Tierra no es tan ovalada.



Sin embargo, decir que la Tierra es una esfera achatada puede ser una exageración. Para definir su forma se debe tener en cuenta las fuerzas gravitacionales del Sol y Lua. Nuestro satélite natural, por ejemplo, es capaz de levantar hasta un metro el nivel del mar y "es posible" que hasta unos 30 centímetros de tierra firme. Esta fuerza es mucho menos potente que la rotación de la Tierra, pero está presente. Otras fuerzas en nuestro planeta son la presión causada por el peso de los continentes o la elevación que provocan las placas tectónicas, pero en resumen, aunque no es un esfera perfecta, si la tuviéramos en una mano como una bola de billar, apenas nos daríamos cuenta de la diferencia.



La Tierra no es exactamente un geoide.



Si llegamos a la conclusión de que la tierra es un objeto con una forma "casi esférica aunque un poco achatada en los polos", entonces debemos decir sin temor que se trata de un geoide. Pero no lo es. Por lo menos exactamente. Si nuestro planeta estuviera completamente cubierto por agua, que no hace falta mucho para llegar a eso si seguimos por el camino que vamos, entonces la superficie sería un geoide. Pero como los continentes no suelen ser tan tan dúctiles, la forma de la tierra sólo se acerca a la de un geóide. Para solucionar el asunto, entre otros, fue enviado a un satélite espacial llamado GOCE que explorará las fuerzas gravitatorias y la forma del planeta.



¿Qué pasaría si saltáramos a un agujero que cruza el planeta por el núcleo?



Moriríamos, por supuesto. Pero supongamos que estamos hechos de algún material mágico que nos permite sobrevivir a la caída de 13,000 km, se necesitarían 20 minutos para llegar al interior de la Tierra y otros 20 minutos para llegar a la parte exterior extrema. El otro problema es que antes de llegar a la superficie volveríamos a caer, este ir y venir se repetiría una y otra vez por toda la eternidad.



¿Por qué interior de la Tierra está caliente?



La primera fuente de calor se remonta a la formación de nuestro planeta: el choque de los primeros planetas habría causado una cantidad suficiente de energía para transformar a nuestra incipiente Tierra en una bola de fuego. La contracción debido a la gravedad habría generado un segundo incremento de la temperatura, también es necesario añadir el desplazamiento de los metales más pesados al núcleo y la presencia de elementos radiactivos, tales como el uranio. Sin olvidar, además, que la corteza es un excelente aislante capaz de conservar el calor durante los últimos 4 mil millones de años.



La Tierra tiene al menos cinco satélites naturales.



Bueno, no realmente. Más allá de la Luna, hay cuatro otros objetos, por lo menos, cuya órbita esta relacionada con la Tierra en el sistema solar, pero no son exactamente satélites. El más grande de todos estos objetos es Cruithne, tiene 5 km de diámetro y dibuja una órbita muy extraña desde nuestro punto de vista. Este asteroide, al igual que los otros tres, en realidad órbita alrededor del sol, y según Wikipedia, "comparte la órbita de la Tierra de forma no estable, es decir, no será así para siempre, con un movimiento tal que impide el choque contra ella, al menos para los próximos millones de años. "Mejor tocar madera tres veces".



La Tierra está engordando.



En su viaje alrededor del Sol, nuestro planeta acumula enormes cantidades de basura estelar, desde pequeños asteroides hasta el polvo cósmico que vemos a través del cielo en las noches de verano. Con todo, cada día a nuestro planeta caen entre 20 y 40 toneladas de material suficientes para llenar un edificio de seis pisos en un año. Este número representa sólo el 0.0000000000000000006% de la masa de nuestro planeta, se requerirían alrededor de 450,000 billones de años para duplicar la masa de la tierra de este modo. A pesar de que es poco, y de que la atmósfera también pierde masa por su parte, el balance es positivo para la tierra y se puede decir que esta cada día más gordita.En su viaje alrededor del Sol, nuestro planeta acumula enormes cantidades de basura estelar, desde pequeños asteroides hasta el polvo cósmico que vemos a través del cielo en las noches de verano. Con todo, cada día a nuestro planeta caen entre 20 y 40 toneladas de material suficientes para llenar un edificio de seis pisos en un año. Este número representa sólo el 0.0000000000000000006% de la masa de nuestro planeta, se requerirían alrededor de 450,000 billones de años para duplicar la masa de la tierra de este modo. A pesar de que es poco, y de que la atmósfera también pierde masa por su parte, el balance es positivo para la tierra y se puede decir que esta cada día más gordita.



El Monte Everest es la montaña más alta.



Si medimos la altura de una montaña de una manera más justa, los 8,850 metros del Everest no serían suficientes para atribuirle el titulo de la más grande en el planeta, dado que el volcán Mauna Kea, Hawai, mide 10,314 metros desde su base en las profundidades del mar. Solo sobresale 4,205 metros sobre el nivel del mar, pero si tenemos en cuenta el todo, es mucho más alta que el Everest, además de tener un observatorio en su cumbre.



La destrucción de la Tierra es bastante complicada.



¿Qué se necesita para vaporizar un planeta como la Tierra? Si definimos el vaporizar como transformar a la tierra en pedazos tan pequeños que no puedan volver a ser unidos por la gravedad, la cantidad de energía requerida sería enorme. Si quisiéramos desintegrar la tierra con bombas nucleares, por ejemplo, requeriría un gran arsenal y un montón de tiempo. Si detonáramos todas las armas nucleares existentes en nuestro planeta cada segundo, tardarían 160,000 años para convertir a la Tierra en una nube de gas. Inclusive las grandes colisiones estelares no son suficientes para desmaterializar un planeta. La tierra recibió el impacto de un objeto del tamaño de Marte hace varios millones de años y la pérdida resultante formó la Luna, pero no la borró del mapa. Esta es la razón por la que la Estrella de la Muerte en Star Wars no es ciencia ficción, sino simple fantasía. La cantidad de energía requerida para desintegrar un planeta es muy alta, incluso para el Lado Oscuro. Las nuevas tecnologías y estudios más detallados permiten a los científicos proporcionarnos curiosidades nuevas relacionadas con el planeta en que vivimos. Puede parecer una tontería saber que un determinado fenómeno va a ocurrir en 10,000 años a partir de ahora, pero lo que es muy interesante es saber que tal fenómeno existe. (Este artículo hace caso omiso de la existencia de Goku).



La gravedad no es uniforme.



Aunque los científicos ignoran la razón, lo cierto es que la fuerza gravitacional varía a medida que viajan por el planeta, por lo que nuestro peso no es objetivamente el mismo en México y España, por ejemplo.

Se cree que las causas pueden estar relacionadas con las estructuras subterráneas profundas y que tienen que ver con la apariencia de la Tierra en el pasado distante. Actualmente, dos satélites gemelos del programa GRACE escrutan meticulosamen al planeta para elaborar un mapa más detallado de la gravedad.



La atmósfera tiene fugas.



Algunas moléculas situadas sobre el limite de la atmósfera de la Tierra incrementan su velocidad, lo que les permite escapar de la atracción gravitatoria del planeta. El resultado es un goteo lento pero constante de los contenidos de nuestra atmósfera hacia el espacio exterior.

Debido a su bajo peso atómico, los átomos de hidrógeno incrementan su velocidad de escape con más facilidad y es mucho más frecuente que se escapen al espacio exterior. Afortunadamente para la vida en nuestro planeta, el abundante oxígeno preserva la mayor parte de hidrógeno bloqueando las moléculas de agua y el campo magnético de la Tierra protege al planeta de la fuga de iones.



La rotación no es constante.



La velocidad con que la Tierra gira sobre su eje no es constante, sino que se somete a pequeños cambios que varían la longitud de nuestros días. Mediante la sincronización de diferentes radiotelescopios desde distintas latitudes, y gracias a los modernos sistemas de GPS, los científicos fueron capaces de medir con precisión estas pequeñas variaciones en la velocidad de rotación y constataron que la mayoría de ellas se produce entre los meses de enero y febrero, cuando los días son más largos por unos pocos milisegundos.

Esta variación se debe a la interacción gravitatoria de la Tierra y la Luna, también por la fuerte actividad de la atmósfera en el hemisferio norte y los fenómenos meteorológicos como "El Niño". Por poner un ejemplo, algunos expertos creen que el tsunami en Indonesia redujo la duración del día en 2,68 microsegundos.



Los cinturones de Van Allen.



Alrededor de la tierra hay zonas de alta radiación – una interior y otra exterior – denominadas cinturones de Van Allen (en honor a su descubridor), situados a una altura de 3,000 y 22,000 km sobre el ecuador. Estos cinturones están hechos de partículas de alta energía, protones y electrones, principalmente, cuyo origen es, probablemente, de las interacciones del viento solar y los rayos cósmicos con los átomos que componen la atmósfera. La potencia de la radiación es tal que los cinturones son evitados por las misiones espaciales tripuladas, ya que podrían aumentar el riesgo de cáncer de los astronautas y dañar gravemente los dispositivos electrónicos.

En 1962, los cinturones de Van Allen fueron alterados por las pruebas nucleares de Estados Unidos en el espacio que provocaron que varios satélites quedaran fuera de servicio inmediatamente.



La Tierra y la luna se están distanciando.



Desde hace varios millones de años la Luna se está alejando de la Tierra a un ritmo lento pero constante. Los científicos estiman que la tasa de alejamiento es de aproximadamente 3.8 centímetros por año, lo que a la larga llevara a la Luna a una distancia crítica.

Sin embargo, los astrónomos creen que en 5 mil millones de años, cuando el Sol se convierta en una gigante roja, la ampliación de la atmósfera, hará que el proceso se invierta. La luna otra vez se acercara a la tierra y, finalmente, se desintegrará al superar el límite de Roche (18,470 kilometros sobre nuestro planeta) estallando en mil pedazos y formando un espectacular anillo, como en Saturno, alrededor de la Tierra.



Marea en la atmósfera.



Aunque el efecto es casi inapreciable, hay una variación de 100 escasos microbares, los científicos demostraron mediante detalladas mediciones estadísticas que la fuerza de la Luna no sólo mueve los mares y la tierra, sino también la masa de aire que rodea nuestro planeta.

Aunque el movimiento es tan pequeño que apenas supone un 0,01 por ciento de la presión normal en la superficie, los datos revelan que la energía gravitacional de la luna puede mover mucho.



Un extraño "bamboleo".



El denominado "bamboleo de Chandler" es el único movimiento de la tierra para el que todavía no hay una explicación convincente. Descubierto en 1891 por el astrónomo Seth Carlo Chandler, se trata de una variación irregular en el eje de rotación de la Tierra que provoca un desplazamiento circular de entre 3 y 15 metros por año en los polos de la Tierra. Acerca de este movimiento se pusieron en marcha todo tipo de teorías, incluidas las que se lo atribuyen a las placas tectónicas, terremotos y erupciones. O las que le echan la culpa a fenómenos como "El Niño" o el calentamiento global.

En julio de 2000, un equipo de científicos estadounidenses anunció que la causa del bamboleo estaba en las fluctuaciones de presión en las profundidades del océano. Según esta teoría, este movimiento podría cambiar la presión del fondo del mar en la superficie de la tierra, y causar el extraño bamboleo de los polos. Sus teorías se encontraban en el aire después de que entre enero y febrero de 2006 laboratorios de todo el mundo demostraron que el movimiento había cesado por completo, una anomalía que todavía nadie ha podía explicar.



La Tierra es un gran circuito.



Perfectamente situados a ambos lados del ecuador, la Tierra dispone de ocho circuitos de corriente eléctrica para permitir que el intercambio de carga entre la atmósfera y la superficie a través de flujos verticales. En condiciones de buen tiempo, los científicos observaron un flujo de movimientos de carga positiva de la atmósfera a la Tierra debido a la carga negativa de nuestro planeta.

Después de años de observar el comportamiento de las tormentas y las variaciones en la ionosfera, la hipótesis preferida por los científicos de hoy en día es que el flujo descendente de corriente positiva es contraria a los electrones que son transferidos a la Tierra durante las tormentas. Aun así, todavía falta una explicación plausible respecto a la manera en que las variaciones en la ionosfera afectan a la formación de tormentas.



Toneladas de material cósmico caen de la atmósfera cada año.



Según datos de space.com, la cantidad de polvo cósmico que cae sobre la Tierra cada año es superior a 30,000 toneladas. La mayor parte de este material proviene del cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter.

Los fragmentos provienen de las constantes colisiones entre asteroides y son arrastrados al interior del sistema solar. Un buen número de ellos están constantemente entrando en nuestra atmósfera.



Los polos magnéticos de la Tierra cambian constantemente lugares.



El campo magnético de la Tierra varía en el curso de las edades geológicas, es lo que se denomina variación secular. Durante los últimos cinco millones de años se llevaron a cabo más de veinte cambios, y el más recientemente fue hace 700,000 años.

Otras inversiones se produjeron hace aproximadamente 870 y 950 mil años. No se puede predecir cuando sucederá la próxima inversión, porque la secuencia no es regular. Ciertas mediciones recientes muestran una reducción del 5% en la intensidad del campo magnético en los últimos 100 años. Manteniendo este ritmo, los campos se volverán a invertir dentro de de unos 2000 años.

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