En un extenso mano a mano con Infobae, el periodista habló de la repercusión de sus denuncias y le hizo un guiño crítico al oficialismo: "Ideológicamente estoy más cerca de lo que este Gobierno dice que es, que de otros"
A Jorge Lanata le sobran relojes pero no le alcanza el tiempo. Acodado en la mesa del living de su casa y de espaldas a una moderna estantería colmada de artefactos que marcan el paso de los minutos, el conductor de PPT enciende un cigarrillo y se toma un respiro para contar que su investigación sobre "La ruta del dinero K" potenció su popularidad de una manera inusitada: "Hace tiempo que soy conocido, pero este año el tema explotó".
Aunque repite como un mantra la palabra "libertad", el creador de Página/12 elige atarse a una agenda laboral extenuante y va por todo: además de realizar múltiples actividades periodísticas en los medios del Grupo Clarín (radio, TV y el diario), comenzó a trabajar en otro producto que volverá a poner la lupa sobre el Gobierno. "Estoy escribiendo un libro sobre los diez años del kirchnerismo; se va a llamar 'Diez K' y saldrá publicado el año que viene", adelanta.
En la charla con Infobae, Lanata se muestra sereno pero filoso como de costumbre e incluye a la Presidente entre los fieles seguidores de su programa de TV: "Yo creo que Cristina nos mira y se debe enojar bastante; pero está bien que por lo menos se enoje".
Además le hace un guiño al kirchnerismo con una crítica maquillada de elogio: "Ideológicamente estoy más cerca de lo que este Gobierno dice que es, que de otros. El tema es que ellos hablan para la izquierda y gobiernan para la derecha". Y se divierte con los que lo señalan como parte de la oposición: "Hace unos años Carrió me ofreció ser candidato, pero no hay posibilidad de que eso pase. Igual ahora se hicieron encuestas y doy arriba de Cristina". Un Lanata auténtico.
--¿Por qué motivos elude las invitaciones para entrar de lleno en la política?
-- Al Gobierno le encantaría que yo fuera candidato, para sesgarme y decir que denuncio lo de SGI porque estoy con Binner o con Macri. Y no, lo cuento porque soy periodista y porque lo del lavado es cierto. En su momento, cuando evalué lo de Carrió, surgió la pregunta: '¿De qué vivo?', porque yo no tengo plata para no laburar; vivo muy bien pero no puedo dejar de trabajar, ¿me entendés? Además, me pasé toda la vida queriendo llegar adonde estoy y creo que desde mi lugar soy útil para la gente.
Ponderado por los detractores del oficialismo y denostado por quienes lo ven como el enemigo público del Proyecto Nacional y Popular, Lanata cuenta que camina por la calle "menos de lo que querría" y asegura que no visita un shopping porteño desde hace una década, debido a que la exposición pública lo volvió "un poco fóbico" a las los espacios concurridos. Sin embargo asegura que está feliz porque en la vía pública el reconocimiento es aplastante en comparación con la crítica.
"Ando en auto sin vidrios polarizados e incluso con la ventanilla baja y me la paso saludando. En general, los que me putean lo cierran con un 'viva Cristina', entonces entiendo que es por cuestiones políticas y ya está, no lo tomo como algo personal", resume el periodista.
--¿Cómo ve hoy a Cristina Kirchner?
--Esta en un momento difícil, se creyó su propia mentira y piensa que está haciendo una revolución. ¿Por qué quiere la re-reelección? Porque nadie se baja de una revolución: Fidel Castro no vuelve a subir a la Sierra Maestra, arrepentido; se queda. Por eso yo creo que ella va ir por la re-re, lo va a intentar porque no tiene recambio y si se va, el kirchnerismo se cae entero. Igual eso va a ser suicida, porque va a perder.
--¿Quién le puede ganar al oficialismo?
--No creo que lo haga alguien fuera del peronismo. No digo que es lo que quiero que pase ni que lo vaya a votar, pero creo que le va a ganar el peronismo de derecha, porque el monopolio del discurso progresista lo tiene el Gobierno, aunque sea mentira; entonces va a ser muy difícil vencerlo por izquierda. Creo que a Cristina la va a reemplazar alguien con un discurso más conciliador, que garantice que las conquistas se van a mantener. Entonces, es más probable que le ganen Daniel Scioli o Sergio Massa que una alianza entre radicales y socialistas.
La popularidad desmesurada genera tentaciones e invita a las confusiones, pero Lanata aclara que no utiliza la masividad como llave para influir a gusto en la gente: "Sé que tengo poder y que podría utilizarlo muchísimo, pero no lo uso. Soy periodista, nada más".
De inmediato remarca que los medios "no son tan importantes como el Gobierno cree", porque a la gente le interesan otras cosas; para fundamentarlo apela a un ejemplo explosivo: "Yo no hablo sólo de lo que sale en TN, que ni lo veo porque me aburre; esos programas políticos con dos tontos ahí sentados, hablando sin que se les entienda lo que dicen, son embolantes. Debería verlo porque es mi trabajo, pero no lo hago. Hace años que no lo miro".
Para distraerse de la política, los casos de corrupción y las polémicas mediáticas, el conductor de PPT cuenta que se refugia en la literatura y se distrae con series televisivas: "Hace poco termine de ver una buenísima que se llama 'The Killing'. Además miré mil veces '24'. ¿Games of Thrones? La vi por Cristina (reconoció que es su serie favorita), pero no me gustó. Seguí varios capítulos porque tuve que hacer una nota, pero las historias medievales me aburren. Prefiero los policiales".
Viajar es otro de los placeres que seduce al periodista. Sin embargo, en ese ítem la oferta está limitada: Lanata no puede entrar a Cuba. "No me quisieron dar la visa. Es loco porque viajé cinco veces allá e incluso fui invitado por ellos a un Congreso de Juventud y Deuda Externa".
La razón de la prohibición –entiende el periodista- es editorial: "Escribí un libro llamado 'Muertos de Amor', que cuenta el comienzo de la guerrilla en la Argentina con un grupo de 20 tipos que estaban en la selva, en Salta, y nunca entraron en combate pero mataron a dos: los fusilaron ellos mismos, porque habían querido desertar. A mí me pareció una gran metáfora de la violencia política y los cubanos nunca me lo perdonaron. Es una lástima pero está todo bien, ya conozco Cuba".
Los espacios de la distracción duran poco en el "Mundo Lanata": de inmediato vuelve a hablar de "la ruta del dinero K" y cataloga a Leonardo Fariña y a Federico Elaskar como "dos pobres tipos con plata". "Nadie puede creer cuando Fariña dice que me mintió porque sabía que lo estábamos grabando. Y esa excusa infantil se cae cuando día a día se descubre que todo lo que contó es verdad. Entonces, ¿me mintió con la verdad?", pregunta entre risas.
--¿Cómo va a terminar esta historia?
--Ni siquiera yo lo sé. No me parecería raro que al final los únicos que vayan presos sean Fariña y Elaskar. Pero a mí me preocupa más Lázaro Báez, que es Néstor; por eso Cristina no habla del tema ni lo va a hacer hasta que explote todo.
Pasaron 70 minutos de charla y sólo queda tiempo para una última consulta, que apunta a su desembarco en el grupo de medios con el que históricamente estuvo enfrentado: "Yo no estaría en Clarín si me sintiera culposo. Tengo que reconocer que estoy muy bien, a gusto, porque hago lo que tengo ganas. El día que me digan algo que no me guste y se me vayan las ganas de estar, me iré como ya lo hice de otros lados. Clarín en mi vida es un laburo más de todos los que tuve. Yo era yo antes de Clarín y voy ser yo después de Clarín".
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