miércoles, 5 de junio de 2013

¿Cuán altos fueron los riesgos afrontados en el Día D? ¿Cuál habría sido el destino de Europa si hubiese fracasado?



Los éxitos del Día D no estaban garantizados y el fallo habría significado una catástrofe militar y política.

El comandante supremo de las fuerzas aliadas, Dwight D. Eisenhower, sabía esto mejor que nadie.

La noche del 5 de junio, luego de dar la orden final para proceder con la invasión, el general estadounidense tomó un papel de su bolsillo y escribió el texto de un comunicado de prensa que esperaba nunca tener que publicar.

El texto decía lo siguiente: "Nuestro desembarco no logró un resultado satisfactorio y ordené el retiro de las tropas".

"Mi decisión de atacar en este momento y lugar se basó en la mejor información disponible".

"Los soldados, aviadores y marinos cumplieron su deber con la mayor devoción y valentía".

"Si hay alguna culpa o falla relacionada con este intento, ésta es sólo mía".

Luego, Eisenhower guardó ese papel en su bolsillo y al final se olvidó de él. Pero, ¿y si lo hubiera tenido que usar?

Factor sorpresa

Cuán cerca estuvo el desastre se puede ver en los hechos que ocurrieron en junio de 1944.

Eisenhower ya había tenido que aplazar el inicio de la Operación Overlord, previsto originalmente para el día 5, debido al mal tiempo. Y no había mucho tiempo para maniobrar.





El general sabía que sólo quedaban dos días en esa semana con la combinación ideal de luna y marea para el desembarco; y si no, habría que esperar otras dos semanas.

Afortunadamente, el mal tiempo dio una tregua momentánea, lo que permitió seguir adelante con la invasión el 6 de junio.

Cualquier otra demora implicaba el riesgo de alertar a los alemanes, y era crucial de que éstos fuesen tomados por sorpresa.








Cualquier pista sobre dónde y cuándo desembarcarían los aliados, hubiera sido, de seguro, un desastre, ya que esto le habría permitido a los alemanes concentrar todo su poder de fuego en el momento más vulnerable de los aliados, durante su desembarco en las playas de Normandía.

Una de las claves del éxito fue el extremo secreto, ayudado por una excelente campaña de distracción que convenció a Hitler de que el ataque principal sería por el paso de Calais -en vez de Normandía- y en una fecha posterior.

Fue tan exitosa esta estratagema que cuando los aliados desembarcaron en Normandía, Hitler estaba convencido de que se trataba de un señuelo y retuvo fuerzas vitales que reclamó sin éxito el mariscal alemán Rommel, a cargo de la defensa.








Aún así, el desastre casi llega en la playa "Omaha", donde las fuerzas estadounidenses encontraron una resistencia letal y cientos fueron alcanzados por el fuego enemigo mientras bajaban de las lanchas de desembarco, una escena muy bien reflejada en la primeras imágenes de la película de Steven Spielberg, "Rescatando al soldado Ryan".

Por un momento, pareció que los estadounidenses tendrían que retirarse.

Esta escena pudo haber sido mucho peor si los alemanes hubiesen descubierto el plan aliado.

Y luego, ¿qué habría pasado? Con las fuerzas aliadas en estado maltrecho y la Wehrmacht (las fuerzas armadas alemanas) en alerta total, una nueva invasión hubiese sido impensable durante al menos un año.

Mientras tanto, Hitler hubiera concentrado su atención en la guerra con los rusos en el este, aunque sin mucha esperanza.

El Ejército Rojo era para entonces imparable y, eventualmente, las fuerzas de Stalin hubieran conquistado no sólo Berlín, sino que habrían avanzado más hacia el oeste, hasta el Rin o incluso hasta el Mar del Norte y el Canal de la Mancha.

Quizás, toda Alemania y Europa Occidental hubieran quedado detrás de la futura "Cortina de Hierro" y el comunismo se habría impuesto en toda esta región.

Gran Bretaña habría quedado sola frente al poder soviético, con el único respaldo de Estados Unidos y sus aliados de ultramar.

En estas circunstancias, el poderío estadounidense probablemente se habría replegado al otro lado del Atlántico, se habría impuesto el aislacionismo y el Reino Unido se habría visto forzado a llegar a algún tipo de pacto desastroso con Stalin.

En otras palabras, de haber fallado el Día D, toda la historia de postguerra, del Reino Unido, de Europa y del mundo, habría sido radicalmente diferente.

Conociendo lo que pasó en junio de 1944, podemos ver claramente cuán cerca estuvimos de vivir una historia completamente distinta.










eso es todo saludos


0 comentarios:

Publicar un comentario