viernes, 7 de junio de 2013

España (El País Internacional). Existe un vivo debate en la agrupacion científica ligado al aumento de tumores de garganta –fundamentalmente orofaríngeos, situados entre el final de la cavidad bucal y el principio de la garganta– causados por el virus del papiloma humano (VPH). Y sobre todo, por su relación con el sexo oral, un vínculo sobre el que cada vez hay menos dudas.



Esta semana, en unas horas, el actor Michael Douglasha logró trasladar este debate del ámbito científico a la calle , luego de que The Guardian publicara unas palabras del estadounidense en las que sugería que el contagio del agente patógeno fue a través de sexo oral.

Tradicionalmente, este tipo de tumores se relacionaba con el consumo de alcohol y tabaco, que siendo los principales responsables los tumores en la boca y garganta en algunos países, como España.

No obstante, el hecho de que haya disminuido la población fumadora al tiempo que ha aumentado la incidencia de algunos tumores orales ha motivado más investigaciones sobre el tema.

Por ejemplo, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y el Instituto Nacional del Cáncer (INC) estadounidense se propuso analizar 274 biopsias de tejidos de tumores de orofaringe y buscar la presencia del virus en las muestras seleccionadas para comprobar en qué medida se podía asociar el VPH a estas neoplasias.

El trabajo detectó que, entre los años 1984 y 2004, el virus del papiloma pasó de ser causante del 16% de los tumores archivados a detectarse en el 71% dos décadas más tarde.

Los investigadores consideran que, de continuar la tendencia, los tumores de orofaringe originados por el virus del papiloma se convertirían en el primer tipo de tumor de cabeza y cuello en EE.UU. Incluso, consideran que en el 2020 podrían superar la incidencia del cáncer de cuello de útero, el más numeroso entre los provocados por el virus.

Y ¿cómo llega el patógeno al final de la boca?

Para los investigadores, "puede ser que estos aumentos detectados reflejen cambios en el comportamiento sexual, como un incremento del sexo oral".

Otros respaldan la hipótesis. "Lo lógico es pensar que el contagio es también por vía sexual a través de cunnilingus o fellati. No puede ser de otra forma", dicen Juan José Vilata, catedrático de Dermatología y Venereología de la Universidad de Valencia, y Xavier Castellsagué, investigador del Instituto Catalán de Oncología (ICO).

La pista buena está en el genotipo 16, pues, del centenar de variantes genéticas del virus del papiloma humano que existen, el genotipo que se suele encontrar en la garganta es el 16, el predominante en el cáncer anogenital.

No obstante, otros opinan diferente. "No cuadra: el virus necesita contacto directo para el contagio, y este no existe con la zona de la orofaringe. Las infecciones deberían estar en los labios y en la lengua, no al final de la boca. No está nada claro cómo llega el virus allí. Asegurar que es a través del sexo oral es una animalada", dice Álvaro Vives, responsable del departamento de infecciones de transmisión sexual de la Fundación Puigvert de Barcelona.

Un virus común. El 80% de las personas sexualmente activas se infectará a lo largo de su vida por alguna ---o varias--- de sus variantes, lo que no quiere decir que ello se traduzca en lesiones o patologías.

"En 9 de cada 10 mujeres infectadas en el cuello del útero, el virus desaparece con el tiempo. Solo el 10% se convierten en portadoras crónicas y únicamente un 1% tendrá una lesión precancerosa o cancerosa", apunta Castellsagué.

Todo este proceso es largo, y desde el contacto con el virus hasta la aparición de la enfermedad pueden transcurrir entre 10 o 15 años. Es decir, ser portador de los virus carcinógenos no es sinónimo de desarrollar la enfermedad.

Además, las tasas de supervivencia a los cinco años de los afectados por tumores de orofaringe asociados al papiloma es del 55% al cabo de los cinco años, superior al 46% de los otros tumores.

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