Porto (no) Alegre
El Beira Río, donde la Argentina enfrentará a Nigeria, podría perder la sede del Mundial porque el Inter, dueño y responsable de las refacciones, tiene problemas financieros para realizar las estructuras temporales que exige la FIFA.
Que haya problemas en la remodelación de los estadios en Brasil para la Copa del Mundo ya no es ninguna novedad. Fueron muchos los inconvenientes que se han presentado: desde fallecimientos de obreros hasta demoras con los tiempos e inconvenientes financieros. Blatter, presidente de la FIFA, se mostró alarmado... y las preocupaciones siguen apareciendo: Porto Alegre podría quedar afuera del Mundial por los costos de las estructuras temporales que el club Internacional, dueño y responsable de las refacciones del estadio, no quiere asumir. Allí, justamente, la Argentina jugará su tercer partido de la fase de grupos, el 25/6, contra Nigeria.
"La negociación es compleja y el problema no fue resuelto. Existe riesgo de que perdamos ser sede de la Copa del Mundo y no es un riesgo pequeño", dijo Giovanni Luigi en una charla con Radio Gaúcha. El problema surge porque el Inter no puede asumir el gasto de las instalaciones (serían unos 12.500.000 dólares) y negocia con la alcaldía y el gobierno del estado del Sur de Río Grande Do Sul la división de gastos, aunque hay contratos firmados en 2007 y revisados con la FIFA que obligan al Inter a asumir estos costos de las estructuras temporales, que incluyen el centro de prensa y voluntarios, equipos como generadores eléctricos, cercas y máquinas de rayos X.
Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, visitará Porto Alegre el próximo lunes y se profundizará sobre la situación del Beira Río.
Otro de los estadios que recibió el ultimátum de la FIFA y que podría perder la sede por sus demoradas con las obras es el Arena da Baixada, de Curitiba, que el martes tendrá una revisión para definir el estado de los avances.
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