domingo, 17 de agosto de 2014

Buenos Aires mi provincia


La Ciudad de Buenos Aires o Ciudad Autónoma de Buenos Aires, también llamada Capital Federal por ser sede del gobierno federal,nota es la capital de la República Argentina. Está situada en la región centro-este del país, sobre la orilla occidental del Río de la Plata, en plena llanura pampeana. Los resultados definitivos del censo de 2010 estiman la población de la ciudad en 2 890 151 habitantes, y la de su aglomerado urbano, el Gran Buenos Aires, en 12 806 866 habitantes; siendo la mayor área urbana del país, la segunda de Sudamérica y una de las 20 mayores ciudades del mundo. Es, junto a São Paulo y México, D. F., una de las tres ciudades latinoamericanas de categoría alfa, según el estudio GaWC5 y ha sido clasificada como la ciudad global más importante y competitiva de Latinoamérica. Buenos Aires posee la mejor calidad de vida de América Latina, ubicada en el puesto 61° en el mundo y su renta per cápita se ubica entre las tres más altas de la región. Es la ciudad más visitada de América del Sur , y la más importante, mayor y más poblada de las capitales sudamericanas.

El tejido urbano se asemeja a un abanico que limita al sur, oeste y norte con la provincia de Buenos Aires y al este con el río. Oficialmente la ciudad se encuentra dividida en 48 barrios que derivan, los más antiguos, de las parroquias establecidas en el siglo XIX. La metrópolis es una ciudad autónoma que constituye uno de los 24 distritos en los que se divide el país. Tiene sus propios poderes ejecutivo, legislativo y judicial, además de su propia policía.
La Ciudad de Buenos Aires tuvo dos fundaciones. La primera en 1536 por Pedro de Mendoza, abandonada en 1541 debido a asedio constante de los nativos, y la segunda en 1580 por Juan de Garay. En ambas ocasiones perteneció al Virreinato del Perú del Imperio Español. En 1776 fue designada capital del recién creado Virreinato del Río de la Plata por el rey de España. Durante la primera de las invasiones inglesas, ocurrida en 1806, la ciudad fue ocupada por fuerzas armadas inglesas y quedó por 45 días bajo la bandera del Reino Unido. En 1810, los pobladores de la ciudad realizaron la Revolución de Mayo, que expulsó al virrey, estableció una junta de autogobierno y dio inicio a la guerra por la independencia de Argentina. Durante el gobierno de Bartolomé Mitre se dictó la Ley de Compromiso, por la cual fue la sede del gobierno nacional y, a su vez, de los poderes públicos provinciales. Finalmente, en 1880, durante el gobierno de Nicolás Avellaneda, fue federalizada. El Gran Buenos Aires fue uno de los principales destinos del proceso inmigratorio que tuvo la Argentina desde fines del siglo XIX. En 1913 se inauguró el Subte de Buenos Aires, primer metro de Iberoamérica. Tras la Reforma de la Constitución Argentina de 1994 la ciudad pudo contar con su propia Constitución y con un gobierno autónomo de elección directa.

La Ciudad de Buenos Aires es el principal centro educativo del país y un importante núcleo de actividad artística e intelectual. Entre sus instituciones de renombre se encuentran el Colegio Nacional de Buenos Aires y la Universidad de Buenos Aires.

Su perfil urbano es marcadamente ecléctico. Se mezclan, a causa de la inmigración, los estilos art decó, art nouveau, neogótico y el francés borbónico. El rascacielos es otro elemento muy común del panorama urbano porteño. Fue elegida por la Unesco como Ciudad del Diseño en 2005 y como Capital Mundial del Libro de 2011.13
La ciudad tiene la mayor concentración de teatros del mundo, imponiéndose ante urbes como Nueva York y París. Entre ellos, el Teatro Colón es, por su impecable acústica, trayectoria y dimensiones, uno de los cinco teatros de ópera más importantes del mundo. El Subte de Buenos Aires es el primer sistema de transporte subterráneo de Iberoamérica y todo el Hemisferio Sur.

Buenos Aires es además, aspirante a ser la sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018.

Ubicación

La Ciudad de Buenos Aires se encuentra en Sudamérica, a 34° 36' de latitud sur y 58° 26' de longitud oeste, en la margen del Río de la Plata.1 21 Frente a sus costas se encuentra Colonia del Sacramento, y más lejos, Montevideo, la capital de Uruguay, a sólo 220 km (45 min en avión ó 2.30 h en barco). A 1065 km (1.45 h de avión) se encuentra Asunción, capital del Paraguay; a 1139 km (2 h de avión), Santiago, capital chilena; y un poco más lejos, a 1719 km (3 h de avión), se encuentra São Paulo, la otra gran metrópolis de América del Sur.

Límites

El Río de la Plata (al este y al norte) y el Riachuelo (al sur) son los límites naturales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El resto del perímetro está rodeado por la colectora externa de la Avenida General Paz, autopista de 24 km de extensión que circunvala la ciudad de norte a oeste; existe un pequeño tramo de no más de 2 km comprendido entre la Avenida Intendente Cantilo y el Río de la Plata donde el límite con la provincia de Buenos Aires en parte es la línea imaginaria de la prolongación de la Av. General Paz y otro tramo el arroyo Raggio, este sector corresponde al límite entre el Parque de los Niños y el Paseo de la Costa. Esto se debe a que la Av. General Paz no finaliza en la costa del río sino en la Av. Intendente Cantilo. Esta avenida enlaza de manera rápida la ciudad con el resto del Gran Buenos Aires, una franja de alta concentración de habitantes y fuerte actividad comercial e industrial. Excepto su límite oriental con el Río de La Plata, todos los otros límites indicados de la ciudad separan su jurisdicción de la correspondiente a la provincia de Buenos Aires.
Hidrografía

La región estaba antiguamente atravesada por diferentes arroyos y lagunas, algunos de los cuales fueron rellenados y otros entubados. Entre los arroyos de importancia están los Terceros (del Sur, del Medio y del Norte), Maldonado, Vega, Medrano, Cildáñez y White. En 1908 muchos arroyos fueron encauzados y rectificados, ya que con las crecidas causaban daños a la infraestructura de la ciudad. Fueron canalizados pero se mantenían a cielo abierto, construyéndose varios puentes para su cruce. Finalmente en 1919 se dispuso su canalización cerrada, pero los trabajos comenzaron recién en 1927, terminando algunos en 1938 y otros, como el Maldonado, en 1954.

Relieve

La ciudad se encuentra casi en su totalidad en la región pampeana, salvo algunas zonas como la Reserva Ecológica de Buenos Aires, la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, el Aeroparque Jorge Newbery, o el barrio de Puerto Madero, que se hallan emergidas artificialmente mediante el relleno de las costas del Río de la Plata.
El límite original de la costa con el río estaba dado por una serie de barrancas, surgidas por las variaciones del nivel del mar (y del estuario del Plata) hace miles de años. La serie de arroyos implicaba la existencia de zonas más deprimidas que otras, conocidas como "valles de inundación". De tal modo, el territorio poseía suaves ondulaciones interrumpidas por el sur, ante el amplio valle de inundación correspondiente al Riachuelo. La zona más elevada se encuentra en el barrio de Monte Castro.

Sismicidad

La región responde a la falla de Punta del Este, con sismicidad baja; y su última expresión se produjo el 5 de junio de 1888 (124 años), a las 3.20 UTC-3, con una magnitud de 5,5 en la escala de Richter. (Terremoto del Río de la Plata de 1888).

Clima

El clima de la ciudad es templado pampeano (húmedo). Considerando el período 1961-1990, normalmente empleado para designar los promedios climáticos, la temperatura media es de 17,6 °C y la precipitación anual es de 1146 mm. A lo largo del siglo XX las temperaturas de la ciudad han aumentado considerablemente debido a la isla de calor (desarrollo urbano), siendo actualmente 2 °C superior al de regiones cercanas menos urbanizadas. Las precipitaciones también se han acrecentado desde 1973, como ya ocurrió en el anterior hemiciclo húmedo: 1870 a 1920.

buenos


Si bien los días cubiertos son más frecuentes en invierno, cuando más llueve es en verano, época en que se desarrollan tormentas a veces muy intensas, por lo que enormes cantidades de agua caen en poco tiempo. En invierno son más comunes lloviznas débiles pero continuas. De todos modos no puede decirse que haya estacionalidad de lluvias. Los veranos son cálidos, con un promedio de enero de 24,5 °C. La elevada humedad suele volver sofocante al tiempo. La humedad relativa promedio anual es del 71,4%.30 Los inviernos son suaves, con una temperatura promedio de julio de 11 °C.33 Raramente se dan temperaturas inferiores a 0 °C o superiores a 36 °C. Las nieblas, otra característica de Buenos Aires, se han vuelto infrecuentes, con pocos días al año.

Vientos

La Ciudad de Buenos Aires recibe la influencia de dos tipos de vientos zonales: el pampero y la sudestada. El primero proviene del sudoeste, suele iniciarse con una tormenta corta que rápidamente da paso a un aire mucho más frío y seco. Aunque puede darse en cualquier época del año, se da con mayor intensidad en verano; se lo espera cuando refresca luego de un calor sofocante. La sudestada se da principalmente entre abril y octubre. Consiste en un viento fuerte del sudeste, fresco y muy húmedo, que dura varios días y va muchas veces acompañado de precipitaciones de variada intensidad. El viento continuo hace subir las aguas del Río de la Plata, llegando a veces a producir inundaciones en las zonas más bajas de la ciudad, como el barrio de La Boca.

Nevadas

Las nevadas en la ciudad no son habituales. La última nevada importante tuvo oportunidad el 9 de julio de 2007, ésta comenzó en forma de aguanieve y terminó cubriendo gran parte de la ciudad. En las zonas suburbanas la misma llegó a tener un espesor mucho mayor. Ocurrió a consecuencia de un gran viento polar que afectó a la Argentina y a Chile.

Desde que se han obtenido registros sistemáticos del clima, en el año 1870, sólo se sabe de otra nevada considerable en 1918.29 33 En 1912, 1928 y 1967 se vio caer aguanieve.

Desde su fundación hasta 1810

El 3 de febrero de 1536, el español Pedro de Mendoza, estableció el asentamiento al que le dio el nombre de Nuestra Señora del Buen Ayre en una región habitada por aborígenes pampas conocidos como querandíes. Después de hambrunas y conflictos con los querandíes, la posición fue finalmente abandonada y destruida por los propios españoles en 1541.

El 11 de junio de 1580, Juan de Garay fundó la Ciudad de La Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre, con el reparto de tierras entre él, su esposa, y otros 63 colonos, a los que también asignó familias guaraníes, en un sitio presumiblemente cercano al de Mendoza. El motivo de esta fundación queda explicado por las palabras de Juan de Matienzo, oidor de la Audiencia de Charcas, quien en 1556 mencionó la necesidad de abrir una puerta a la tierra, es decir, darle una salida al Atlántico a todo el territorio que existía desde Potosí hacia el sur. En esta ocasión los nativos querandíes, comandados por Tububá, fueron diezmados hasta exterminar su cultura.

Originariamente era la capital de una gobernación que dependía del Virreinato del Perú. Durante unos dos siglos los porteños sufrirían todo tipo de necesidades: estaba alejada de todo centro comercial importante, no existían ninguno de los elementos necesarios para mantener el estilo de vida europeo y no podían fabricarlos en la ciudad. España privilegiaba los puertos sobre el Pacífico y por lo tanto marginaba a Buenos Aires, que sólo recibía dos navíos de registro por año, y hubo lustros en los que no llegó ninguno. Esto llevó a que los habitantes (apenas unos 500 en 1602) buscaran burlar la ley y vivir del contrabando, que venía fundamentalmente desde Brasil. Este contrabando era pagado con la única fuente de riqueza que existió hasta principios del siglo XVII, que era la venta del cuero que se obtenía de la matanza de rebaños (vaquerías) de bovinos sin dueños que vagaban por los campos. El resto, carne, sebo, etc., se tiraba.

En 1680 los portugueses, recientemente independizados de España, llegaron con una expedición a Colonia del Sacramento, en la costa opuesta del Río de La Plata, pretendiendo establecerse en ese territorio, hasta entonces de aquel país. El gobernador de Buenos Aires, José de Garro, después de enviarle un ultimátum, rechazado por los portugueses, para que se retiraran, reunió a los habitantes (tres mil hombres venidos de las ciudades más cercanas) y con su apoyo organizó un ataque, comandando a los guaraníes asignados. El resultado fue una contundente victoria, que le permitió a Buenos Aires adquirir un mayor prestigio.

La industria del cuero fue progresando, y hacia mediados del siglo XVIII existía una industria local importante. Por otra parte, dado que en Buenos Aires sólo se podía progresar por lo que uno era o tenía, el valor social no lo daban los apellidos o la cercanía con la aristocracia, sino por el éxito que uno hubiera logrado por mérito propio. Había pocos prejuicios aristocráticos, o de castas. Esto la diferenciaba del modo de ser de otras ciudades vecinas.

En 1776 fue nombrada capital del Virreinato del Río de la Plata. Las causas principales de esta decisión fueron: la necesidad de frenar el avance extranjero en la zona, intentar terminar con el contrabando, y por ser el lugar por el que tenía más fácil acceso España desde el Atlántico. Comienza así un período de gran prosperidad, pues la ciudad fue beneficiada por la Corona española con un tipo de comercio más abierto, flexible y liberal, dado por el Reglamento de Libre Comercio. Podía introducir mercaderías de cualquier región, y conectarse con otros puertos, sin pedir permiso a las autoridades reales. De esta manera cortó con su dependencia política y comercial de Lima. La ciudad vivió un exponencial progreso entre 1780 y 1800, recibiendo además una fuerte inmigración, fundamentalmente de españoles, y en menor medida de franceses e italianos; y se pobló fundamentalmente de comerciantes y unos cuantos estancieros.

Desde su creación hasta 1807 la ciudad sufrió varias invasiones. En 1582, un corsario inglés intentó un desembarco en la isla Martín García pero fue rechazado. En 1587 el inglés Thomas Cavendish intentó apoderarse de la ciudad, sin lograrlo. En 1658 se produce el tercer intento, ordenado por Luis XIV, rey de Francia, pero el Maestro de campo, don Pedro de Baigorri Ruiz, a la sazón gobernador de Buenos Aires, logró defender con éxito el puerto. El cuarto intento estuvo a cargo del aventurero Mr. de Pintis, pero el vecindario lo rechazó. En 1699 se produce la quinta invasión a cargo de una banda de piratas daneses que fue rápidamente rechazada. Durante el gobierno de Bruno Mauricio de Zabala, el francés Étienne Moreau desembarcó en la costa oriental del Río de La Plata, donde las tropas españolas lo rechazaron y mataron.

En 1806, Gran Bretaña se había interesado en las riquezas de la región y España estaba aliada a Francia, enemigo de aquel imperio. El 27 de junio el mayor general inglés William Carr Beresford se apoderó de Buenos Aires, casi sin resistencia, pues no existía un ejército fuerte y organizado. Tomó el gobierno pero fue derrotado el 12 de agosto de 1806 por un ejército proveniente de Montevideo comandado por el francés Santiago de Liniers. En 1807 una segunda expedición inglesa al mando de John Whitelocke tomó la plaza fuerte de Montevideo y permaneció en este enclave por varios meses. El 5 de julio de 1807, Whitelocke intentó ocupar Buenos Aires, pero sus habitantes y las milicias urbanas, ahora organizadas —y una vez más con ayuda de Liniers— derrotaron a los ingleses. La resistencia del pueblo y su participación activa en la defensa y la reconquista aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos, al tiempo que incrementaba la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Buenos Aires ganó en poder militar (conformado principalmente por criollos) y prestigio moral.Paralelamente, quedó en evidencia la insuficiencia de la metrópoli en cuanto a enviar tropas que pudiesen defender a sus colonias, ahora deseadas con avidez por otras potencias emergentes. Todo esto, y la llegada de ideas liberales y fundamentalmente la ocupación de España por el ejército napoleónico, permitió la creación de movimientos emancipadores, que desataron en 1810 la Revolución de Mayo y la creación del primer gobierno patrio.

Como consecuencia de esto se produjo la deposición del poder de los españoles por parte de los criollos. La ciudad, de unos 40.000 habitantes, se transformó en un importante puerto consumidor de productos manufacturados que provenían principalmente de Gran Bretaña y se produjo el desmembramiento del Virreinato del Río de la Plata. Buenos Aires se constituyó en un primer momento en centro hegemónico, pero debió imponerse a las oligarquías provinciales, que tenían sus propios proyectos económicos.

Hasta fines del siglo XIX


El 22 de mayo de 1810 tuvo lugar el Cabildo abierto, uno de los momentos más importantes de la Revolución de Mayo. Pintura hecha por Pedro Subercaseaux en 1910.

El gobierno que sucedió al virrey, la Primera Junta, consideró que tenía todos los poderes de aquel. Lo mismo entendieron los gobiernos que le sucedieron (Junta Grande, Primer y Segundo Triunvirato, y Directorios). La Primera Junta pretendió además designar a los gobernadores-intendentes, enviar ejércitos y recaudar los derechos de aduana. Esto hizo que el resto del virreinato sintiera que la revolución sólo había sustituido el poder central del virrey por el de Buenos Aires, sin obtener ninguna ventaja.

En 1815 las provincias se rebelaron contra el gobierno central al ser designado Carlos María de Alvear como Director Supremo. Éste fue depuesto tres meses después, lo que obligó a insuflar un nuevo motivo de fervor por la Revolución. Así surgió la necesidad de declarar, en el Congreso de Tucumán de 1816, lo que ya era un hecho: la independencia del virreinato con respecto a España. Aquel congreso se trasladó luego a Buenos Aires, y elaboró la Constitución de 1819, que no funcionó y fue desechada por los federales. Al año siguiente las fuerzas federales derrotaron al Directorio y se creó la Provincia de Buenos Aires, siendo su primer gobernador Manuel de Sarratea quien firmó con los vencedores el Tratado del Pilar.Luego de un período de inestabilidad Martín Rodríguez fue designado gobernador y sus ministros, entre los que se destacaba Bernardino Rivadavia, iniciaron un período de orden y reformas: se creó el Registro nacional, se fundó la Administración de Vacuna y el Archivo General de Buenos Aires y se inauguró la Bolsa Mercantil. En el aspecto cultural se destacó la inauguración de la Universidad de Buenos Aires y se creó la Sociedad de Ciencias Físicas y Matemáticas.

A fines de 1824 se reunió un congreso para redactar una constitución nacional pero a los pocos meses estalló la Guerra del Brasil, lo que obligó a formar un ejército urgentemente, y se pensó que también se tenía que formar un Poder Ejecutivo Nacional para unificar el mando militar. De modo que, sin empezar siquiera a discutir una constitución que le diera marco legal al cargo, el 6 de febrero de 1826 se sancionó la ley de presidencia, creando un Poder Ejecutivo Nacional Permanente, con el título de Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Se nombró a Rivadavia como el primer presidente en febrero de 1826, lo que no fue bien recibido en las provincias.

Rivadavia presentó a ese congreso un proyecto de capitalización de Buenos Aires, la ciudad y gran parte de la campaña circundante se proclamaba capital del Estado. El federalismo porteño se opuso, en defensa de las instituciones de las provincias garantizadas por la ley fundamental, en especial el puerto y la aduana, principal fuente de recursos de la provincia. No obstante, la ley fue sancionada en 1826. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Las Heras cesó en su cargo por decreto del Poder Ejecutivo. La Junta de Representantes fue disuelta, y se nacionalizaron el ejército de la provincia, las tierras públicas, la aduana y todas las propiedades provinciales. Los hacendados, alarmados por las consecuencias que podía tener la capitalización, dejaron de apoyar a Rivadavia, y este quedó políticamente aislado. Tres meses luego la Constitución de 1826 se aprobó pero las provincias la rechazaron.

Mientras tanto, en 1825, desembarcó en la Banda Oriental la expedición libertadora de Juan Antonio Lavalleja y sus Treinta y Tres Orientales y luego de poner sitio a Montevideo reunieron un congreso que declaró que la Provincia Oriental se reincorporaba a las Provincias Unidas del Río de la Plata. El Congreso Nacional aceptó la reincorporación pero Rivadavia decidió entonces deshacerse de la guerra con Brasil ya que un bloqueo naval impuesto por aquel afectaba el comercio, base de la recaudación de rentas del estado. A pesar de la contundente victoria sobre Brasil se firmó un tratado deshonroso que reconocía la soberanía del Imperio sobre la Banda Oriental y se comprometía a pagarle al enemigo una indemnización. Aunque ante las críticas Rivadavia rechazó el convenio igualmente sufrió el costo político del pacto, que iba a ser una de las razones de su posterior renuncia.

Durante la llamada época de Rivadavia la ciencia y la cultura prosperaron significativamente. Su impulso reformista dio a la vida intelectual una dinámica desconocida hasta entonces, creando un clima propicio que fructificó en diversos campos a través de la obra personal de muchos individuos.

Las medidas centralistas incrementaron la enemistad de las provincias con su gobierno y la guerra con el Brasil agotó los recursos. Rivadavia tuvo que renunciar y se exilió en Inglaterra. Así, el régimen presidencial concluyó y nuevamente cada provincia se gobernó por sus propias instituciones confiando en Buenos Aires el manejo de las Relaciones Exteriores. La mayoría de los protagonistas comprometidos con el régimen caído emigró, empobreciéndose el quehacer intelectual de tendencia europeizante, principalmente en Buenos Aires.
Se abrió entonces un período de cuestionamiento a los supuestos que hasta entonces habían fundamentado las relaciones porteñas con el resto del país. En 1829, Juan Manuel de Rosas llegó al poder después de derrotar al Partido Unitario. En 1831 derrotó al ejército unitario y dejó el gobierno en 1832 para volver en 1835, asegurándose la suma del poder público, encabezando una coalición formada por la mayor parte de la elite federal y tradicionalista de la ciudad.40 56 57 Rivadavianos y unitarios se vieron obligados a emigrar.
El censo de 1836 realizado en la ciudad a pedido de Rosas indicaba que había 62.000 habitantes. En 1852 ya había 85.000 en 350 manzanas edificadas.

Rosas sancionó una Ley de Aduanas que protegía la producción de las provincias, pero aumentaba notablemente los ingresos de Buenos Aires. En esta época la ciudad enfrentó airosamente el Bloqueo francés y el Bloqueo anglofrancés.
Al derrotar Urquiza a Rosas en la batalla de Caseros, este último se exilió en Inglaterra, y así en Buenos Aires el centro de poder político quedó en manos de liberales y unitarios. Vicente López y Planes fue designado gobernador provisorio de la provincia de Buenos Aires y por el Acuerdo de San Nicolás la aduana de la ciudad fue nacionalizada, y sus ingresos manejados por Urquiza, al designárselo Director de la Nación.

Pero la Legislatura de Buenos Aires, gracias al alegato de Bartolomé Mitre, rechazó el acuerdo, lo que provocó la renuncia del gobernador López. Urquiza pretendió asumir la conducción de Buenos Aires, pero los porteños, tras la revolución de septiembre de 1852 retomaron el control de la ciudad.

De esta manera, si bien el Estado de Buenos Aires no se declaró libre, se apartó del resto de las trece provincias que conformaron la Confederación Argentina.

A partir de Caseros la ciudad se abrió hacia la inmigración. Miles de europeos, especialmente de Italia y España le cambiaron la fisonomía a la ciudad y a su idiosincrasia. Se realizaron construcciones de todo tipo, incluyendo el primer ferrocarril de la Argentina, que unía la ciudad con el pueblo de Flores, que en aquel entonces estaba en la provincia. Los palacios y casas fueron construidos u ornamentados al estilo italiano, reemplazando al "estilo colonial".

La fundación en 1854 de la Municipalidad permitió ordenar la ciudad. Pero la falta de higiene era un gran problema y fue recién después de la epidemia de fiebre amarilla de 1871 que diezmó literalmente la población que se mejoró el problema del agua corriente y se mejoraron las condiciones de vida de la población, que en algunos lugares vivía hacinada y en 1875 se creó el amplio espacio verde del Parque Tres de Febrero.

Durante el largo proceso que llevó a la creación del Estado Nacional Argentino, Buenos Aires fue elegida lugar de residencia del Gobierno Nacional, aunque éste carecía de autoridad administrativa sobre la ciudad, que formaba parte de la provincia de Buenos Aires. La necesidad del gobierno nacional de federalizarla, sumada al movimiento de tropas ordenado por el gobernador de la provincia, Carlos Tejedor, produjo en 1880 una serie de enfrentamientos que terminarían con la derrota de la provincia de Buenos Aires y la federalización de la ciudad. Posteriormente, la provincia cedió los partidos de Flores y Belgrano, que fueron anexados al territorio de la Capital Federal, recibiendo a cambio una compensación económica.

En 1882 el Congreso Nacional creó las figuras del Intendente y el Concejo Deliberante de la Ciudad. El intendente no era elegido por voto popular, sino que era designado por el Presidente de la Nación en conformidad con el Senado. El primero en ejercer el nuevo cargo fue Torcuato de Alvear, designado en 1883 por Julio A. Roca. En cambio el Concejo Deliberante sí era votado por los habitantes.

Además la ciudad se volvió cosmopolita, a diferencia del resto del país, y desarrolló una potencialidad financiera y cultural. La Nación hizo todo lo posible por agrandar y embellecer la ciudad que ahora le pertenecía. De 337.617 habitantes en 1880, la ciudad pasó a tener en 1895 649.000 de los que sólo 320.000 eran nativos.

Hasta la actualidad

Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX la ciudad sufrió una transformación importante; la prosperidad económica que atravesaba el país sumada a las preparaciones para el I Centenario que se celebraría en 1910 permitieron que la infraestructura urbana se desarrollara. Se mejoraron los servicios públicos y en 1913 contó con el primer subterráneo de Iberoamérica. En lo urbanístico se modificó en estilos, edificios altos y en la traza urbana. Se discutieron y formularon planes para hacer de la metrópolis el símbolo de una nueva y progresista nación.

El aumento del tráfico comercial requería la construcción de un nuevo puerto en la ciudad. Eduardo Madero había presentado varios proyectos para su construcción en 1861 y 1869, pero fue en 1882 cuando su proyecto es aceptado gracias a su tío Francisco Madero, vicepresidente de la Nación durante la primera presidencia de Julio Argentino Roca. El puerto fue inaugurado en 1884, pero la dársena norte y el dique 4 fueron inaugurados recién en 1897. Este puerto tuvo muchas deficiencias; por lo que en 1908 el Congreso de la Nación estableció la construcción del Puerto Nuevo, que fue inaugurado en forma provisoria en 1919, compuesto por dársenas abiertas y ubicado al norte de la Avenida Córdoba.

Pero no todo era prosperidad en la ciudad de Buenos Aires. Los festejos del Centenario se desarrollaron bajo estado de sitio, declarado a raíz de la huelga general sucedida el año anterior luego de la sangrienta represión en Plaza Lorea a una manifestación anarquista, que dejó 8 muertos y más de 100 heridos, y que luego se daría a conocer como la "Semana Roja". En enero de 1919 fueron asesinados 700 obreros y hubo cerca de 4000 heridos luego de un conflicto desatado a raíz de una huelga en los talleres metalúrgicos Pedro Vasena e Hijos, hecho que sería recordado como la "Semana Trágica".

Desde 1895 a 1914, a raíz de la llegada de las grandes corrientes inmigratorias, la ciudad creció con una de las tasas anuales más grandes del mundo y en 1914 era la duodécima ciudad más grande del mundo con 1.575.000 habitantes, y también creció cultural y comercialmente.

Esta inmigración provocó cambios en la fisonomía de la ciudad. Era frecuente la construcción de conventillos, viviendas precarias que eran alquiladas a los recién llegados, quienes debían convivir en una situación de hacinamiento y falta de higiene. También comenzaron a formarse las primeras villas de emergencia, que si bien se desarrollaron a partir de la década de 1930, existían desde fines del siglo XIX.

Durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX existió un gran desarrollo del sistema tranviario. La primera línea de tranvía fue inaugurada el 14 de julio de 1863. Para la década de 1920 la red contaba con 875 km de líneas, 3.000 vehículos y 12.000 empleados. El sistema continuó funcionando hasta el 19 de febrero de 1963,73 luego de lo cual la ciudad se queda sin tranvías hasta que se inaugura el PreMetro el 27 de agosto de 1987,74 salvo por un servicio histórico que funciona en el barrio de Caballito los feriados y fines de semana desde 1980 —el "Tramway Histórico de Buenos Aires"— proporcionado por la Asociación Amigos del Tranvía.

En 1936 se construyó el Obelisco y el año siguiente se inauguró el primer tramo de la Avenida 9 de Julio, cuya extensión sería ampliada varias veces en las décadas siguientes.

En 1941, tras 4 años de obras, se inauguró la Avenida General Paz. Desde ese entonces, le sirve de límite con la Provincia de Buenos Aires, si bien dichos límites habían sido fijados por ley en 1887.

Durante los gobiernos de la Revolución del 43 y los mandatos de Juan Domingo Perón, a raíz de un fuerte proceso de migración interna, la ciudad aumentó su población tanto dentro de sus límites administrativos como en los partidos de la provincia de Buenos Aires lindantes con la misma, lo cual llevó a la conformación de la megaciudad conocida como Gran Buenos Aires.

En 1955 la ciudad sufrió el bombardeo de la Plaza de Mayo por un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Juan Domingo Perón con la intención de derrocarlo. En el hecho murieron 308 personas y hubo más de 700 heridos.

Hacia 1976 (plena dictadura militar), con vistas a un parque automotor en constante expansión, fue ideado el Plan de autopistas urbanas, firmemente ejecutado por el intendente Cacciatore, que contemplaba una red de autopistas con peaje. La construcción comenzó en 1978, y las autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno fueron finalmente inauguradas el 6 de diciembre de 1980. Una importante cantidad de terrenos fueron expropiados, en muchos casos de manera forzada, y con profundo malestar y rechazo de gran parte de los vecinos afectados. Muchos de ellos fueron trasladados a barrios construidos por proyectos estatales de vivienda. Otras obras fueron comenzadas y luego abandonadas, y dichos terrenos fueron ocupados ilegalmente.
El 17 de marzo de 1992 a las 14:45 horas, un coche bomba explotaba contra el edificio de la Embajada de Israel causando 29 muertes,83 pero no sería el único, ya que el hecho se repetiría el 18 de julio de 1994 a las 9:53, esta vez contra la sede de la AMIA, causando 85 muertos y más de 300 heridos.

Tras la Reforma de la Constitución Argentina de 1994 la ciudad pudo contar con su propia Constitución y con un gobierno autónomo de elección directa.24 En las primeras elecciones del Poder Ejecutivo, efectuadas en 1996, resultó ganadora la fórmula radical, convirtiendo a Fernando de la Rúa en el primer Jefe de Gobierno. De la Rúa renunciaría a su cargo en 1999 para asumir la Presidencia de la Nación, siendo su mandato completado por el vicejefe Enrique Olivera.

Durante los años siguientes la Ciudad continuó con su desarrollo cultural y de su infraestructura. Comenzaron nuevas obras de ampliación de la línea de subterráneos; a la vez que fueron inaugurados y refaccionados diferentes museos, teatros y centros culturales.

En diciembre de 2001 la Ciudad fue testigo de algunos de los cacerolazos y marchas que pedían la renuncia del Ministro de Economía, Domingo Cavallo, y del Presidente de la Nación, Fernando de la Rúa. La represión policial ordenada por el Gobierno Nacional causó varios muertos tanto en las cercanías de la Casa Rosada como en las del Palacio del Congreso. El conflicto finalizó con la renuncia del Presidente, y dio lugar a una de las peores crisis institucionales que sufrió la República Argentina.

En 2003 fue promulgada la Unión Civil,88 tanto para las parejas homosexuales como para las heterosexuales, convirtiéndose en la primera ciudad en América Latina en oficializar dichas uniones.
En el 2004 la Ciudad sufrió una de sus mayores tragedias cuando el 30 de diciembre se produjo un incendio en el local República Cromañón, que causó 193 muertos y 1432 heridos. Este hecho produjo además una investigación para determinar la responsabilidad política del Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra; tras la cual, la Legislatura decidió suspenderlo y luego destituirlo, siendo reemplazado definitivamente por el Vicejefe de Gobierno Jorge Telerman el 7 de marzo de 2006.

Durante los festejos por el Bicentenario de Argentina, millones de personas visitaron la ciudad.
El 10 de diciembre de 2007 Mauricio Macri asumió el cargo de Jefe de Gobierno, luego de vencer la fórmula compuesta por él y Gabriela Michetti, en la segunda vuelta de las elecciones realizadas en junio del mismo año, al binomio Daniel Filmus-Carlos Heller con el 60,96% de los votos. Dicha fórmula había triunfado también en la vuelta previa al obtener el 45,62%, con una diferencia de más del 20% respecto de sus principales competidores.
En 2010 en la ciudad se realizaron los actos centrales del Bicentenario de Argentina, durante los cuales también se celebró la reinauguración del Teatro Colón, luego de los trabajos de restauración hechos a raíz de su deterioro.

Traslado de la Capital

En 1868 el Presidente Bartolomé Mitre vetó la Ley 252, que pretendía mudar la capital a la ciudad de Rosario. Domingo Sarmiento también vetó dos leyes que pretendían mudarla al mismo destino: la Ley 294 en 1869 y la 620 en 1873.96 También vetó en 1870 la ley 462, que pretendía trasladarla a Villa María.

El 3 de mayo de 1972, durante la presidencia de facto del general Alejandro Agustín Lanusse se dictó el decreto-ley 19.610, el cual declara la necesidad de trasladar la Capital de la Nación fuera de la Ciudad de Buenos Aires.

El 27 de mayo de 1987, durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín el Congreso de la Nación sancionó la ley 23.512 en la que se declara como la nueva Capital Federal a los núcleos urbanos erigidos y por erigirse en un futuro en el área de las ciudades de Viedma, Carmen de Patagones y Guardia Mitre (Distrito Federal de Viedma - Carmen de Patagones), junto con un amplio territorio de campos en la zona del Valle Inferior del río Negro, cedido por las Legislaturas de las provincias de Buenos Aires y Río Negro. Este proyecto, el cual es conocido como Proyecto Patagonia, tenía como objetivo no solo descentralizar la Ciudad de Buenos Aires, sino también poblar y desarrollar la región patagónica. Para cumplir con el proyecto, el 21 de julio de 1987, a través del decreto 1156, se creó el Ente para la Construcción de la Nueva Capital - Empresa del Estado (ENTECAP). Cuando Carlos Saúl Menem asumió la presidencia, en 1989, decidió disolver el ENTECAP.

Con el proyecto de traslado de la capital se abrió un debate sobre la eventualidad de que la Ciudad de Buenos Aires retornara a la jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires, lo que se resolvió con el artículo 6º de la ley 23.512, el cual establece la provincialización de la ciudad una vez que las autoridades federales estuvieran radicadas en su nueva sede y que se debería convocar a una Convención Constituyente para organizar sus instituciones. Esta ley aún está vigente ya que nunca fue derogada por el Congreso.

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