Sin dar tregua en sus operaciones terroristas en el norte iraquí y en territorio sirio, los yihadistas del Estado Islámico (EI) siguen causando terror, luego de que ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), informó que el grupo extremista asesinó y decapitó a 700 personas, en su mayoría civiles, durante las últimas dos semanas en el este de la provincia siria de Deir al Zur.
Según la fuente, las ejecuciones se registraron en las localidades de Al Shuaitat, Garanish, Abu Hamam y Al Kishkia, tomadas por los yihadistas el pasado 11 de agosto, y donde residían los miembros del clan de Al Shuaitat.
Centenares de miembros de esa tribu continúan desaparecidos, después de haber sido amenazados por el grupo extremista, que los considera "infieles" que deben ser asesinados en masa y que no se merecen "tregua, seguridad, dinero, comida, familia, ni esposas", según el OSDH.
VÍCTIMAS. El Observatorio Sirio asegura haber documentado los nombres de decenas de las víctimas y señala que cientos de los ejecutados fueron sacrificados después de sus familias, y les cortaron la cabeza para luego mostrarla en lugares públicos.
Esta organización ya advirtió hace unos días sobre las ejecuciones en masa de los yihadistas y su "genocidio" contra la población de la tribu Al Shuaitat.
MOSUL. Por otra parte, los yihadistas asesinaron ayer a 80 hombres de la minoría yazidí, junto a la ciudad de Sinjar, en el norte de Irak, después de rechazaran convertirse al islam, informaron autoridades que poyan sus argumentos en relatos de sobrevivientes de ese ataque.
De acuerdo con el testigo y periodista local, Kafah Mahmud al Sinyari, los yihadistas condujeron a 80 yazidíes a la casa del jeque tribal Ahmed Yasua, en la aldea de Kuyua junto a Sinjar, a 90 kilómetros de Mosul, y, cuando estos se negaron a abrazar el islam como les exigían, fueron ejecutados a balazos, además de llevarse como rehenes a 100 mujeres y a decenas de niños.
Se trata de la segunda vez que los extremistas asesinan de forma masiva a yazidíes por rechazar abjurar de su fe, después de la matanza de un grupo de 77 personas, entre ellas 33 mujeres y un niño, hace una semana.
BOMBARDEO. Tras conocerse esta agresión contra la minoría yazidí, aviones estadunidenses bombardearon objetivos del Estado Islámico con apoyo por tierra de los "peshmergas" (tropas kurdas) cerca de la presa de Mosul, lo que dejó 23 terroristas muertos, indicó el general kurdo Abdelrahman Kurini.
Desde primera hora de ayer, aviones de combate de EU ayudan a los "peshmergas", que buscan recuperar la presa, en manos de los extremistas desde el pasado 8 de agosto.
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