Que mira la reconcha de tu madre
on el precinto del curso sin quitar, José Mourinho despereza los labios. El técnico portugués asegura que este año sí tiene una plantilla a su medida y advierte: esa medida vale para hoy pero también para mañana, para los próximo cinco y quién sabe si diez años, aunque nunca aguantó más de tres en un mismo equipo. Deja atrás aquella fábula que hacía del Chelsea un "caballo pequeño" frente al resto de aspirantes. Deja de eludir el presente porque refuerzos del calibre de Thibaut Courtois, Cesc Fábregas o Diego Costa lo hacen inexcusable: los 'blues' parten como el gran obstáculo del Manchester City para ganar la Premier.
El Chelsea se quedó a un delantero de -quizá- conquistar la última Premier. Ese agujero lo llena ahora Diego Costa, con quien Mourinho presume de una innegable afinidad psicológica sobre el césped: son intensos, agresivos, provocadores. Respiran guerra. "No quiero que cambies", le dijo el entrenador en su primer careo. Por falta de un 'nueve' así el Chelsea perdió el paso en sus visitas a West Brom, Aston Villa o Crystal Palace y en un campo así, el del recién ascendido Burnley, empezará este lunes su próxima temporada.
Será la segunda de esta nueva etapa en Stamford Bridge, sinónimo de éxito si se atiende al currículum del técnico luso. En sus segundas temporadas con el Oporto y el Inter conquistó Liga y Champions; con el Chelsea y el Real Madrid, la Liga. Sus equipos agradecen un año de poso, aunque -de haberlo- el mayor factor de crecimiento serán los refuerzos. Además de Diego Costa faltaba un creador y llegó Cesc dispuesto a retomar su carrera donde la dejó en Inglaterra, en el puesto de director de juego, aunque sea en el bando contrario; se marchó Ashley Cole y aterrizó Filipe Luis; envejece Petr Cech y derriba la puerta Thibaut Courtois. Ribetes de oro para un equipo que el curso pasado vio de cerca los metales más preciosos.
En defensa de la Premier se erige un Manchester City retocado en defensa -llegaron Bacary Sagna y Eliaquim Mangala- y que no espera más cambio en ataque que el de suerte. No se adivina más freno en un equipo que superó el centenar de goles la pasada campaña pese a los problemas físicos del Kun Agüero y Stevan Jovetic (este año será Álvaro Negredo quien se pierda el arranque). Un equipo devastador que seguirá contando pese a los roces con el mejor todoterreno del planeta, Yaya Touré, al frente de su abanico de espadas.
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