domingo, 11 de agosto de 2013




El Tanque cuenta su emoción luego del cabezazo para el 1-0 a Central. Ramón, Teo, Mora, los pibes, sus 12 años en River y... "Mi sueño es meterle un gol a Boca en la Bombonera y gritarlo con todo".


Fede, te dejaron algo en la puerta. Creo que es una bolsa..." Federico Andrada está recién levantado y aún entredormido, escucha el comentario de su mamá Gabriela y sale hacia la vereda. Efectivamente, hay una bolsa. Es enorme, está repleta de los diarios del día y tiene una nota escrita a mano: "Para mi amigo Fede, que me alegró el viernes. Guido Zuninho". Guido es el canillita del barrio, en Carapachay, en la Zona Norte del Gran Buenos Aires. Es un hincha más de los tantos que le tocaron el timbre al pichón de Ramón para saludarlo, pedirle una foto o directamente una camiseta firmada. "En el barrio están enloquecidos, la gente está muy contenta", le cuenta a Olé en la intimidad de su casa el autor del gol de la victoria sobre Central. Lo acompañan papá Claudio, mamá Gabriela, su hermano Cristian y el abuelo Martín. La escena la completan sus perros Toto y Angus. "Meter un gol con el Monumental lleno... No lo puedo creer, es como que no caigo", confiesa Jimmy, como lo apodaron sus compañeros del club por su parecido al dibujo animado Jimmy Neutrón. En el barrio, por su fortaleza, le dicen Tanque.

-¿Volviste a ver el gol? -Sí. Mi papá estaba muy emocionado. Entonces nos enganchamos en la compu viendo el gol por Internet, escuchando todos los relatos. Fue divertido. Mi familia está feliz. La camiseta, manchada como está, va directo a un cuadro. Sin lavar ni nada. Se la regalé a mi papá por todo lo que me bancó y me acompañó desde chiquito.

-¿Por qué buscaste el segundo palo? -A medida que fui pasando de categorías, aprendí que sacás ventaja en el área buscando la segunda jugada, no siempre tenés que ir a chocar al primer palo. Por suerte salió bien. Lo grité un poco, ¿no? Ja.

-¿Te descargaste? -El primer gol en Primera es un desahogo. Creo que ahora podré estar más tranquilo. Pero cuando sos delantero, tenés que meterla, convivís con esa presión. Y sentí ese desahogo.

-¿Presión por el gol? Pero entre Infantiles e Inferiores hiciste como 150...

-Sí, pero los que valen son éstos, los que hacés en Primera. Ojalá que me vaya igual de bien. Quiero seguir creciendo, mejorando, aprendiendo.

-En el 2002 vinieron Fonseca y Esnaider, pero tardaron sus habilitaciones, Ramón puso a Cavenaghi y no salió más...

-Uh, sería un sueño: me gustaría ser el Cavenaghi de Ramón, ja. Fernando es mi ídolo, un espejo. Tuve la oportunidad de decírselo cuando me tocó compartir una pretemporada con él. Lo observaba, trataba de copiarle cosas y tuvo un gesto muy lindo: me regaló su camiseta. Si algún día vuelve a River, sería especial jugar a su lado. También tengo otro sueño...

-¿Cuál? -Meterle un gol a Boca, en la Bombonera y gritarlo con todo. Ese es el sueño más grande de los que tengo.

-¿Cómo te fue contra Boca en Inferiores? -¡Bien! Siempre le hice goles... Le metí siete en ocho partidos, me fue bien.

Durante la charla, su teléfono suena y vuelve a sonar. Son amigos, familiares, vecinos... "Cuando terminó el partido, llegué a casa y tenía un montón de mensajes, pero como era tarde recién los contesté hoy (ayer) por la mañana", explica con sencillez. La charla -con rueda de mates- tiene un stop lógico y emotivo: lo esperan en la Sociedad de Fomento Drysdale, en donde metió sus primeros goles en el baby.

Olé lo acompaña en el recorrido. Apenas entra, Fede se reconoce en algunas fotos enmarcadas en una pared. Se le vienen más goles a la cabeza. Y cuenta: "También me acuerdo del Coco Lamela y su papá. Erik es dos años más grande que yo, jugaba acá, y su papá hizo fuerza para que me pruebe en River. Llegué al club a los 7 años, ya llevo 12 adentro de una institución maravillosa. Por eso te digo que me cuesta creer lo que me está pasando. Fueron muchos años de esfuerzo, de viajes, de irme en tren y caminar hasta llegar al club... Fue un sacrificio grande, mío y de mi familia.

-¿Y ahora? -A seguir trabajando.

-¿Los perjudica que hayan traído delanteros? -En un club grande como River sabés que siempre vendrán delanteros importantes. La camiseta exige que siempre jueguen los mejores porque tenés que ganar en todos lados. Nosotros, que nos formamos en el club, lo sabemos.

-Igual, Ramón Díaz afirmó: "Los pibes nos dieron los tres ".

-No sólo los pibes, ja. El corner fue de Fabbro, que no es un pibe. El esfuerzo fue de todos.

-Pero volvió Mora. Y lo habilitarían a Teo...

-Los más chicos vamos a aprender de los dos. Teo es un gran jugador y es importante poder compartir entrenamientos con él. Lo mismo que con Mora, que ya se sumó. Nosotros estamos para aprender. Y cuando se nos presente la oportunidad, trataremos de aprovecharla. Pero para Giovanni (Simeone), Juan Cruz (Kaprof) y todos los pibes del club es una experiencia única... Es un sueño más.

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